La nueva vida de Alberto Fabra
Al ya exlíder del PPCV se la ha visto en un par de ocasiones en Ikea, acompañado de su inseparable Manuel Llombart
J. C. Ferriol
Sábado, 1 de agosto 2015, 20:11
De Castellón vino, y a la capital de la Plana se ha vuelto. Alberto Fabra ha decidido recuperar parte de su vida anterior a la designación en julio de 2011 como líder regional del PP valenciano y presidente de la Generalitat. No vuelve a la alcaldía que ocupó desde finales de 2005, pero sí que recupera la condición de vecino de esa ciudad. El exjefe del Consell vive ya en la capital de la plana, en una vivienda situada a las afueras de la ciudad, según las fuentes consultadas por este diario.
Fabra estableció su vivienda en Valencia, en el barrio del Ensanche, tras un intento baldío por mantener la residencia familiar de Castellón, a donde regresaba casi todas las noches. De hecho, algunas fuentes apuntan al inevitable cambio de residencia como el origen de las desavenencias que desembocaron a principios de 2014 en su separación de la que durante 21 años había sido su esposa, Cristina Fortanet.
Finalizada la etapa como máximo responsable del Gobierno valenciano, el ya expresidente ha decidido volver a dirigir su vida hacia Castellón. De hecho, en las últimas fechas se le ha visto adquiriendo algunos muebles en Ikea, acompañado de su inseparable Manuel Llombart. El regreso a su ciudad de toda la vida revela hasta qué punto el expresidente prefiere mantenerse cerca de sus hijos, en lugar de mantener vivienda habitual en una gran ciudad como Valencia.
Fabra, además, ha decidido introducir algunos cambios significativos. Tras anunciar en el transcurso de la jornada organizada por el PP de la provincia de Valencia que abandonaría esta misma semana el liderazgo del partido, confirmó a algunos dirigentes del partido en una charla en la cafetería situada junto a la sede de la calle Quart que había adquirido una moto. También se asegura que ha comprado un coche, modelo Mini. Con ambos medios de locomoción, Fabra parece decidido a recuperar parte de una vida privada que, durante los cuatro años que ocupó la máxima responsabilidad institucional de la Comunitat Valenciana, apenas si le dejaron algún hueco.
Fabra redirige su vida hasta la capital de la Plana, donde reside su exmujer y los dos hijos que tienen en común, aunque mantendrá el contacto con Valencia e, indiscutiblemente, con Madrid. Con su designación como senador territorial, el expresidente tendrá que acudir a menudo a la capital para seguir las sesiones de la Cámara Alta, de cuyo escaño tomará posesión con el arranque en septiembre del nuevo curso político. Pero además, tras haber solicitado acogerse de forma parcial al estatuto de los expresidentes del Consell, Fabra dispondrá de un despacho en Valencia -algunas fuentes han apuntado que podría ubicarse en el entorno de la Ciudad de las Ciencias- desde el que, como ya se ha anunciado, podrá disponer del apoyo que le prestarán dos asesores, un conductor, un servicio de seguridad y un vehículo oficial.
El Diari Oficial de la Comunitat ya publicó que uno de los puestos de asesor del expresidente Fabra es para Esther Pastor, secretaria autonómica de Organización en el último Consell presidido por el exalcalde de Castellón y que ya le acompañó en su última etapa como alcalde de Castellón y durante todo su mandato como presidente de la Generalitat, en el que se erigió como la persona con más poder en la sala de máquinas del Palau de la Generalitat.