Albert Rivera, una 'estrella del rock' en Valencia

Son las 12 de la mañana y el Palacio de Congresos de Valencia se pone en pie. Ha llegado Albert Rivera, que entra dando besos y abrazos entre flashes cual estrella del rock en el primer mitin de campaña en la capital del Turia. Viste vaqueros, camisa grisacea y americana azul, una imagen sobria pero cuidada al detalle, como en los carteles que empapelan las furgonetas de la entrada. Entre aplausos, Rivera camina seguro y sonriente hacia el escenario. Es conocedor de su tirón y lo aprovecha. Carolina Punset, candidata a la presidencia de la Generalitat, y Fernando Giner, candidato a la Alcaldía de Valencia, le escoltan hasta la primera fila.

Unas 1200 personas han acudido a escuchar a su nuevo ídolo. Quedan algunas sillas vacías en la parte de arriba. En un auditorio donde predomina el color naranja, algunos asistentes se han atrevido incluso a ataviarse con la segunda equipación del Valencia, quizás movidos por un heroico empate en el Bernabéu la noche del sábado. En la pantalla que preside el acto, sólo se lee un eslogan, el hashtag #Valencianaranja. Porque el mitin se desarrolla en el Palacio de Congresos, pero también en las redes sociales, uno de los principales trampolines del partido en su expansión por España.

Empiezan hablando Giner (quien reconoce que se trata de su primer discurso político) y Punset. Ambos se apoyan en Rivera. Le miran desde el escenario, le agradecen, le ensalzan, le introducen. Rivera, sólo Rivera.

Y por fin le llega el turno al primer cabeza de cartel del concierto que se lanza al ruedo sin apuntes. Aunque asegura que es mejor no entrar al trapo «con ciertas provocaciones», es más incisivo que sus compañeros con el resto de partidos del panorama político: «Algunos van a comerse sus palabras tras las elecciones».

«¿Sabéis qué pasará después del 24 de mayo?», pregunta Rivera en un momento del discurso. Entre el público alguien le grita entusiasmado: «¡Que vas a ser presidente!». El líder de Ciudadanos sortea el halago: «En estas elecciones no me presento yo».

Tras su discurso de media hora, le espera otro baño de masas al bajar del escenario. Firma sus libros, se hace selfies, reparte más abrazos y besos... «¿Albert, podemos hacernos una foto contigo?», le preguntan corrillos de fans. Aún tardará un rato en conseguir salir del Palacio de Congresos. Cuando lo haga, dejará constancia de ello en Twitter e Instagram.