Borrar
Hotel Cerro Príncipe.
Improvisación en el hotel del jazz

Improvisación en el hotel del jazz

La música de Billie Holiday, Ella Fitzgerald o Duke Ellington suena en cada rincón del hotel Cerro Príncipe, una antigua casa de labranza rehabilitada donde todo está cuidado al detalle con un mismo motivo de inspiración: el jazz

GUÍA REPSOL

Lunes, 25 de agosto 2014, 18:48

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La música de Billie Holiday, Ella Fitzgerald o Duke Ellington suena en cada rincón del hotel Cerro Príncipe, una antigua casa de labranza rehabilitada donde todo está cuidado al detalle con un mismo motivo de inspiración: el jazz. Los amantes de este género musical tienen su propio paraíso en esta hospedería rural de La Garrovilla, en Badajoz, que desborda encanto por los cuatro costados. La gastronomía es el otro gran atractivo de este hotel donde las recetas extremeñas tradicionales se fusionan con la nueva cocina.

Está claro que a los propietarios del Cerro Príncipe, Pepe, Lola y Constanza, les encanta el jazz y, lo mejor de todo, saben trasladar su pasión no solo a su hotel sino también a sus huéspedes. Todas las estancias de la casa, incluidos el comedor, la sala de estar, nueve habitaciones y dos suites, llevan el nombre de los grandes artistas de este género musical: Billie Holiday, Charlie Parker, Miles Davis, Ella Fitzgerald, Chet Baker, Duke Ellington o Louis Armstrong. Todas ellas tienen un encanto especial, en parte gracias a que el proyecto de reforma de la casa ha conservado las bóvedas de ladrillo de barro, las paredes de mampostería, los suelos de piedra e incluso las cuadras del ganado, reconvertidas ahora en restaurante.

Uno de los grandes atractivos del Cerro Príncipe es que en época estival organiza veladas con música en directo, algo que sorprende a muchos huéspedes. Un hotel rural en un pueblo de 2.500 habitantes, probablemente es el último sitio en el que uno espera disfrutar del paisaje con un fondo musical de jazz.

Cenar con John Coltrane

Tanto las cenas en el patio porticado como los almuerzos en el comedor John Coltrane tienen el encanto de lo natural. El menú degustación apuesta por la comida hecha con cariño aprovechando las excelentes materias primas de la zona. Antes de la cena, podemos pasar un rato de tertulia en el salón Tete Montoliu, con piezas de jazz escogidas por el dueño.

Precisamente disfrutar de la comida, el jacuzzi, el paisaje y los paseos por La Garrovilla, son las mejores propuestas que podemos tener aquí si lo que buscamos son unas vacaciones relajadas.

Mérida, patrimonio de la humanidad

Si queremos aprovechar nuestra estancia en Cerro Príncipe para hacer alguna excursión, podemos acercarnos hasta la presa de Los Canchales o la del Montijo, así como hacer rutas de senderismo en busca de alguna de las aves que sobrevuelan la zona, como las grullas. Sin lugar a dudas, lo mejor que podemos hacer es dejarnos aconsejar por los dueños del hotel, que conocen los rincones más atractivos y desconocidos del entorno.

En cualquier caso, la visita obligada la tenemos en Mérida, a menos de 20 minutos en coche. Un breve paseo por su conjunto arqueológico romano nos hará entender por qué fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993. El teatro, el anfiteatro, el circo, el puente sobre el Guadiana y el Acueducto de Los Milagros, entre otros, nos dejarán con la boca abierta. A este patrimonio hay que añadir también la alcazaba árabe y las iglesias del periodo barroco.

Disfrutar de la gastronomía extremeña puede ser el mejor broche final para la visita a la ciudad. La caldereta de cordero o el jamón de bellota son una apuesta segura. Un buen lugar para probarlo es el restaurante Tábula Calda (Romero Leal 11; 924 304 950).

Fuente: Guía Repsol

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios