Borrar
Urgente Mazón ordena a la Abogacía de la Generalitat recurrir la exención de pagar 170.000 euros a los socios de Francis Puig

LAS PRIMERAS ESTRELLAS

Pese a lo mucho que se habla de la Guía Michelin solemos olvidar que la historia de los restaurantes españoles con estrella comenzó en 1929

ANA VEGA PÉREZ DE ARLUCEA

Viernes, 8 de junio 2018, 00:22

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En 1889 dos hermanos franceses cogieron las riendas de una pequeña empresa familiar dedicada al caucho. Allá en Clermont-Ferrand, su ciudad natal, nadie daba un duro por ellos hasta que en 1891 un encuentro casual con un ciclista inglés les sugirió la idea de fabricar neumáticos desmontables. Se llamaban André y Édouard y su apellido, Michelin, marcaría el destino de la industria automovilística y curiosamente también el de la gastronomía. ¿Cómo ocurrió esto? Seguramente estarán ustedes hartos de oír hablar de la Guía Michelin 'parriba' y 'pabajo' y quizás tengan hasta sus dichosas estrellas atragantadas de tan ubicuas como resultan en la información gastronómica actual. Si les parece extraño que una marca de neumáticos haya acabado modelando la oferta culinaria mundial puede que sea porque no les han explicado nunca la estrecha relación que unió a Michelin con el turismo desde sus inicios, así que vamos allá. André y Édouard, espabilados ellos, descubrieron rápidamente que el futuro del caucho estaba más en los automóviles que en las bicicletas. A finales del siglo XIX había en Francia muy pocos coches pero los hermanos Michelin demostraron enseguida las bondades de su producto gracias a las carreras automovilísticas, donde sus neumáticos consiguieron grandes resultados. El coche permitía recorrer largas distancias con máxima libertad y los Michelin vieron un filón en el turismo: cuanto más viajara un conductor, más ruedas gastaba y más neumáticos consumía. De modo que para animar a los automovilistas a que realizaran desplazamientos por placer, la casa Michelin editó en agosto del año 1900 una guía que incluía mapas, itinerarios e información práctica sobre lugares de paso, como hoteles y garajes recomendados. La guía Michelin, que se distribuía originalmente de forma gratuita a los clientes, tuvo tal éxito en Francia que enseguida amplió sus horizontes a los países vecinos e incluso a Marruecos, Argelia y Túnez, a la vez que la empresa expandía su red comercial. El 2 de enero de 1909 se constituía en Madrid la Sociedad Anónima del Neumático Michelin, una sucursal montada para distribuir en exclusiva los productos de la marca francesa. Con oficinas en la calle Sagasta 21, la rama española de Michelin enseguida puso sus ojos en la promoción publicitaria, consiguiendo en pocos meses anunciarse en prensa como proveedora de la Casa Real. 'Los autos de su Majestad llevan siempre neumáticos Michelin', rezaban sus anuncios. La estrategia se completó con la aparición de la primera Guía Michelin de España y Portugal en 1910, escrita después de un viaje de cinco meses y 20.000 kilómetros por la península. La perfección de sus mapas popularizó tremendamente esta guía entre los pioneros conductores españoles, quienes loaban sus páginas en revistas especializadas como 'España automovilística'. A todo esto, la dirección de la empresa había decidido hacer hincapié en las recomendaciones gastronómicas, incluyendo una clasificación especial de hoteles según su oferta y calidad culinaria. En 1927 se incluyeron por primera vez en la guía francesa restaurantes ajenos a hoteles, que podían recibir un icono de varios cubiertos según el lujo del establecimiento y cierto número de estrellas para indicar la calidad de su cocina. La novena edición de la guía española, de 1929, fue la pionera en esto de asignar estrellas. Nada menos que siete cocinas de nuestro país fueron consideradas por Michelin dignas de recibir una estrella, signo que indicaba que el local en cuestión era «particularmente renombrado por su excelente cocina». Merecieron tal distinción el Gran Hotel de Londres en Madrid (calle Preciados con vistas a la Puerta del Sol), el Hotel del Comercio en Écija (plaza Mayor, 29), el hotel Inglaterra en Valladolid (calle María de Molina, 2), el Reina Victoria Hotel de Alicante (frente al mar en la Explanada de España), el Hotel Excelsior de Bilbao (calle Hurtado de Amézaga), la también vizcaína Fonda Alzaa de Durango y el hotel Reina Victoria de El Escorial, el único de todos ellos que sigue actualmente abierto al público desde su fundación en 1901.Posteriormente aparecerían en las siguientes ediciones nuevos restaurantes como Del Puerto (Valencia) o Aizpuru (Navarra) en 1930 y también los primeros comedores con dos estrellas, ¡dos! En la guía de 1936-1938, aparecida justo antes de la Guerra Civil, lucieron con honores sendas estrellas neumáticas (las que merecían un desvío) cinco restaurantes: Font del Lleó, Casa Llibre y la Taberna Vasca en Barcelona y el Bar Club y Gaylord's en Madrid. Nadie se acuerda de ellos y lamentablemente sus chefs no tuvieron el recorrido mediático que tienen ahora los cocineros multiestrellados, pero qué porras, fueron los primeros y eso tendría que valer algo. Aquí les rendiremos homenaje otro día.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios