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Los hermanos Ramón y Salvador Rodríguez del Lar Galego. lp
Lar Galego, un restaurante reconfortante y profesional

Lar Galego, un restaurante reconfortante y profesional

El establecimiento ofrece excelentes platos y buena bodega

PEDRO G. MOCHOLÍ

Viernes, 15 de febrero 2019, 00:45

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La localidad valenciana de Anna se encuentra en el llamado Canal de Navarrés, siendo uno de los parajes más bellos del interior de nuestra Comunitat. La gente es afable y próxima, y a escasos minutos del centro se encuentra el lago de Anna, que da gran visibilidad a la comarca. Sin lugar a dudas su referente más turístico y popular, pero por fortuna no es el único, porque en Anna encontramos el restaurante Lar Gallego que es un magnífico complemento gastronómico para disfrutar de un maravilloso día a menos de una hora de nuestra ciudad.

El Lar Gallego fue creado por Antonio Rodríguez y Ángela Hernández, el gallego y ella valenciana de Ayora, que se conocieron en París, 'la ciudad del amor', y que mejor que casarse estando allí.

En 1986 decidieron volver a España y se encontraron Anna que los acogió con los brazos abiertos, allí abrieron un modesto hostal de 12 habitaciones, y gracias a la buena mano de Ángela para la cocina, se incluía la comida o la cena. El buen ritmo de trabajo, la gran aceptación que tuvo, hizo que en 1991 decidieran ampliar, y abrir un restaurante junto al hostal, al que bautizaron como Hostal Mesón Lar Galego.

Lar Galego: calle Mayor 181. Anna (Valencia). Tlf. 962210573

En Galicia la gastronomía es santo y seña, y al ser Antonio gallego, proveniente del pueblo de Cervaña (Pontevedra), fueron las especialidades gallegas las que comenzaron a ser el gran atractivo de la casa; sobre todo el pulpo a la gallega.

El tiempo no pasa en balde, y el relevo generacional llega de la mano de sus hijos, los mellizos Ramón y Salvador, que poco a poco se van haciendo con la responsabilidad, facilitando que sus padres se puedan merecidamente jubilar, y teniendo claro que todo aquello que ambos levantaron con tanto esfuerzo y sacrificio, va a tener continuidad gracias al compromiso de sus hijos.

Y así ha sido, ambos han sabido delimitar sus tareas, haciéndose cargo Salvador de la sala y la bodega, mientras q Ramón se ha hecho cargo de la carta y la cocina.

Aunque el local es de inspiración gallega, en sus propuestas encontramos platos del entorno y de proximidad, en todos ellos el producto es de una gran y cuidada calidad, sorprendiéndote la depurada técnica y elaboración que Ramón nos ofrece en todos sus platos. Esa misma sensación la encontramos en la sala y la bodega, la cual es cuidada por Salvador, encontrando que en el aperitivo nos ofrece una copa de vino de Jerez Tío Pepe en Rama, un vino de Jerez que se embotella sin filtrar, ni clarificar, encontrando una gran intensidad aromática; levaduras, frutos secos (almendra), ideal para el aperitivo que nos ofrece; sardina ahumada con guacamole y encurtidos. Delicadeza al tiempo que sabor, y el rico contraste que le aporta los encurtidos y que con este vino van a la perfección.

En un restaurante gallego nunca puede faltar un reconfortante caldo gallego, y ese el siguiente plato que llega a la mesa. Disfrutar de este caldo es una delicia, sobre todo ahora que los grelos se encuentran en su mejor momento; grelos que llegan del mercado de Orense y que son los únicos que utiliza Ramón en la elaboración.

Excelentes carnes

En la cocina de Ramón predomina el sabor, es la esencia que trasmite el producto, y así lo seguimos encontrando en el Salteado de Mar y Montaña; calamar de anzuelo y chorizo criollo (longaniza parecida al blanquet), ingredientes que saltea con delicadeza y buen juicio para unificar los sabores, con equilibrio y refinamiento, y dándole un toque aromático con una ramas de tomillo.

Cambiamos de vino y nos vamos a un tinto, Beronia Edición Limitada 2015. Un vino que se elabora de las uvas pertenecientes a los mejores pagos de la bodega, después de una cuidada selección. Destaca por su color, pero sobre todo por sus aromas, en los que encontramos frutos rojos (grosella, moras, frambuesas), toques minerales y leves toques de cacao. En boca es equilibrado y goloso, encontrando toques de fruta y regaliz, posee un final largo y prolongado. Para este plato, Ramón son ha preparado unas colas de gamba, con alcachofas y trozos de jamón que ensamblan el plato. Aquí vuelve a utilizar un producto de temporada cómo es la alcachofa que la presenta casi confitaba, con una sabrosas colas de gamba y un jamón ibérico que aporta la grasa, prolongando los sabores. Y a pesar de la complejidad de acompañar una alcachofa, el Edición Limitada lo hace con gran naturalidad.

Si hemos empezado con un caldo gallego, no puede faltar un buen Pulpo a Feira, un pulpo que nos ofrece una cocción perfecta. Encontramos textura, y también encontramos sedosidad, lo cual delata la perfección de la cocción, y que nos recuerda a un pulpo que probé en la localidad coruñesa de Mugardos (muy cerca de Ferrol) y que tiene fama por alimentarse de camarones. Un pulpo que además de la milimétrica cocción, ofrece mineralidad, y un ligero toque muy sutil de un pimentón ahumado. Aunque no es un asador, la carne que ofrecen llega de Bandeira (Pontevedra), que desde hace años es uno de los mataderos más afamados de España por la carne que ofrece.

En este caso es una chuleta de Rubia Gallega de corto tiempo, no llega a los 3 años, y la maduración de la chuleta, apenas sobrepasa los treinta días, encontrando una gran terneza y un sabor fresco, con ligero toque mineral. La grasa que vetea la pieza es blanca y aporta una deliciosa jugosidad. Además de la chuleta, Ramón nos ha cortado un solomillo de la misma pieza, el sabor es mucho más dulzón, apenas mineralidad, desasiéndose en el paladar cómo si fuera un suspiro.

Unas carnes que acompañan al Edición Limitada de Beronia con gran elegancia y persistencia. Y siguiendo con las tradiciones gallegas, la tarta de Santiago es otro gran clásico que elabora el propio Ramón y que destaca por la riqueza de la almendra que utiliza. Complementan los postres el toque de chocolate de la Bomba de Ferrero Rocher, y la Maceta del Lar Gallego, postres que acompañamos con Brut Nature de Vilarnau. Fresco, persistente y de una burbuja fina.

Hay que reconocer que el viaje tiene premio, pues si agradable es visitar el Lago de Anna, el complemento ideal es comer con Salvador y Ramón en el Lar Gallego. Son agradables, hospitalario y unos grandes profesionales que aman su trabajo y así lo trasmiten a sus clientes. Felicidades.

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