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Glenn Close durante la presentación del filme. lp
Una buena esposa

Una buena esposa

En su nueva película Glenn Close interpreta a una mujer que se rebela al sometimiento de su marido, un escritor que gana el Nobel

MARÍA ESTEVEZ

Jueves, 1 de enero 1970

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La legendaria actriz Glenn Close se une a Jonathan Pryce y Christian Slater en 'La buena esposa', cinta basada en la novela homónima de Meg Wolitzer que cuenta la relación entre Joan Castleman, interpretada por Glenn Close, y su marido, que la somete. Ella se ha reprimido, pero un día decide que el sacrificio no ofrece ninguna recompensa y que los logros del marido son también suyos. Dirigida por Björn Runge, la historia transcurre durante el viaje a Estocolmo para la ceremonia del Nobel de Literatura que recibirá él. Con una interpretación que puede ser galardonada con un Oscar o al menos la nominación, Close confiesa sentirse muy orgullosa de esta cinta escrita y producida por una mujer, especialmente en los tiempos del #MeToo.

-La película muestra la compleja relación de los personajes.

-Esa fue una de las cosas que me encantó del guión. Es la vida misma. Han estado juntos durante tanto tiempo. Aunque están sometidos a presión por sus circunstancias y han tenido una pelea seria, el hecho de ser abuelos por primera vez les entusiasma. Me encanta la pelea que tienen al final y ella le dice: lo único que quiero es quitarme el vestido y él le ayuda a desabrocharlo. En realidad, somos criaturas muy complejas.

-La frustración contribuye en el ánimo de los dos.

-Sí, hay un momento en el que uno ve cómo algo se rompe dentro de ella. Es insoportable. Ella no puede estar en la habitación, no puede seguir siendo parte de ese matrimonio.

-¿Entiende la relación de esta pareja?

-Yo no soy una mujer de enfrentamientos. He aprendido que cuando hay una pelea, luego viene un periodo de enfriamiento. Todos hemos vivido esos sentimientos y esas situaciones. La vida conmigo ha sido generosa. No me gustan las peleas, soy de las que dice que sí y luego hace lo que quiere.

-¿Es más difícil trabajar con un realizador de otro país?

- No, creo que Björn es un gran director. Viene de la increíble escuela Bergman de cinematografía y sabe dónde debe poner la cámara para grabar lo que están haciendo los actores. No solo dónde poner la cámara, sino cómo utilizar los planos cercanos. Eso es básico para enganchar emocionalmente al público y que se sientan conectados. Él sabe cómo hacer eso. Aprendí a confiar en él mientras trabajábamos.

- 'La buena esposa' se ajusta a los tiempos de reivindicación de las mujeres.

- Es algo increíble. Me parece colosal que suceda. El filme se suma a una conversación necesaria desde hace mucho tiempo. Tienes que recordar que esta película ocurre antes del feminismo, cuando el único modelo a seguir son las mujeres que no hacen lo que desean. Ahora, nosotras hemos vivido el feminismo y el movimiento #MeToo es mucho más profundo. Estoy convencida que esto ya no tiene vuelta atrás.

-¿Este tipo de relación todavía ocurre?

- Sí, hay muchas mujeres en todo tipo de situaciones. Mujeres programadas para seguir sus parejas sin realmente sentirse plenas. Quiero decir, mi madre fue una mujer muy inteligente, con inclinaciones creativas, pero siempre puso a mi padre primero. Él pedía y ella lo hacía, pero él nunca la ayudó a desarrollarse.

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