Una escombrera urbana

Los vecinos del entorno de la Plaza de Toros de Orihuela se han cansado de esperar que las autoridades municipales pongan remedio al estado de abandono que presenta el coso ya que se asemeja más las ruinas de un coliseo romano.

Con ese objetivo residentes en algunas de las calles adyacentes como los de Obispo Rocamora se han agrupado en la red social 'Facebook' para reclamar que desde el Ayuntamiento se tomen las medidas oportunas y han creado una página para alertar del estado de dejadez que presenta un espacio de titularidad municipal que cumple este año sus 110 de presencia en lo que antaño eran las afueras de la ciudad y que ahora está en pleno centro urbano. Así desde 'Solución a la plaza toros Orihuela. Recuperación de espacio publico' lo que pretenden son actuaciones inminentes que saquen de la desidia el recinto y en pocas semanas han conseguido tener más de 430 seguidores. Uno de sus impulsores es Roberto Pastor quien recuerda que «existe un riesgo real e inminente para la integridad física de los vecinos por el estado de dejadez que presenta» además de precisar que desde 2009 el histórico recinto, que no ha tenido espectáculos taurinos ni de ninguna otra clase en décadas, está catalogado como ruina. Pastor vive en esta calle que da entrada a la ciudad tanto desde el Puente del Rey como a aquellos que llegan desde otras poblaciones desde la CV-95 y se muestra contrariado porque «pasan los años y los gobiernos y nadie parece querer actuar».

El representante de este colectivo explicó que en ese informe se constató la pérdida de verticalidad en los muros de la fachada «y el riesgo de derrumbamiento es alto pero no se toman medidas y se ha convertido en una amenaza para la seguridad tanto de quienes transitan por la zona como para los centenares de coches que entran a Orihuela por esta calle».

Una de las cosas que más enerva a quienes desde ese foro piden soluciones es que se encargó un proyecto de dirección para abordar su demolición que costó casi 17.000 euros «y nadie entiende por qué no se sacó a concurso su derribo». Pastor indicó que no es que estén en contra de que el histórico recinto siga en pie «pero desde luego en estas condiciones no. No tiene sentido mantener una ruina con el peligro de derrumbamiento cada vez mayor ni tampoco que no se hagan otro tipo de actuaciones para rehabilitarlo». No es la única de las cuestiones sobre las que alertó puesto que recordó que desde el Ayuntamiento «se incumple la legislación que protege los edificios protegidos e incumple su propia ordenanza sobre el estado de abandono de estos porque si de un vecino se tratase que tuviera su casa en esas condiciones la echarían abajo y le pasarían la factura» con lo que reclamó que es la administración local la que debe dar ejemplo y emprender acciones «porque la gente se enoja y con razón cuando se les exige que cumplan las normas y en casos como la plaza de toros se incumplen de manera constante».

A juicio de los residentes en el entorno «las buenas intenciones no bastan y ha llegado un momento en que los que vivimos en la zona lo que pedimos es que se actúe y rápido antes de que haya que lamentar desgracias personales porque no se concibe que el estado de una plaza de toros como esta sea más un foco de escombros que un lugar atractivo». Así el vecino recordó que «desde que quitaron la parte alta por el riesgo de caer hacia la calle está condenada y hay maderas podridas porque todos somos conscientes de que rehabilitarla en un error y saldrá muy costoso por lo cual que se conserve de ella los elementos que merezcan la pena y el resto se sanee».

Pastor indicó que por la zona transita mucha gente, desde los que van al centro de salud o a la escuela de idiomas a los espectadores que acuden al colindante campo de fútbol de Los Arcos y que el recinto en esa parte tiene maderas sueltas con riesgo de caer hacia la calle «y no entendemos cómo no se hace algo porque si ocurre una fatalidad luego vendrán las responsabilidades y nadie podrá decir que no sabía el estado en el que se encuentra desde hace años».

Otra de las cuestiones que solivianta a los residentes es que el Ayuntamiento tiene una Inspección Técnica de Edificios (ITE) con la que se tienen que comprobar las condiciones mínimas de seguridad, salubridad y ornato de las construcciones con una antigüedad mayor a los cuarenta años «y desde luego ninguna de estas las reúne la plaza», precisó el vecino. En cuanto a la seguridad alertó de que los muros vencidos es uno de los principales problemas que tiene «incluso hay cascotes en una acera de la entrada a la calle que llevan dos años protegidos, es un decir, por una valla, que además impide el paso a los peatones» por no hablar de las condiciones higiénicas. «Insectos o ratas y el problema que ha habido con los gatos es otra de las quejas que hay en el barrio porque tampoco entran los empleados del ayuntamiento a limpiar con lo cual al final los perjudicados somos los que tenemos pisos en el entorno», alertó Pastor, que suma a estas las ramas de los árboles del interior del recinto que sobrepasan la altura de las primeras plantas de edificios como el Venezuela «porque nadie las tala como tampoco se fumiga o echan herbicidas para que la maleza deje de ser cobijo de animales».

Los inspiradores del movimiento lo que también tienen claro es que no están en contra de los festejos taurinos porque «hay de todo, a quienes les gustan pero no entienden cómo se puede mantener una plaza inservible, y otros que no comparten esta afición pero todos tenemos claro que así no se puede seguir». A estas reivindicaciones suman otra petición como es que se pueda abrir como zona ajardinada el espacio que está arbolado dentro de los muros exteriores del coso en el lateral que recae hacia el Puente del Rey «y que el Ayuntamiento se tome interés con un barrio que merece atenciones por lo que reconvertir esa zona en parque sería una buena solución».