Diversión de abuelos para niños de sofá

El polideportivo del Palmeral sirvió ayer para que muchos alumnos de los centros escolares de la localidad dejasen por un momento que el ocio al aire libre fuese el protagonista de una mañana de asueto en la que disfrutaron de diversas actividades similares a las que practicaban sus padres o abuelos.

Las pistas del paraje fueron el escenario no solo para la realización de diversas pruebas dentro de las actividades que se organizan dentro de los Juegos Deportivos Municipales puesto que desde la concejalía que dirige el edil Dámaso Aparicio se preparó otras de juegos tradicionales. A tenor de la afluencia de menores el acicate de poder conocer aquellos que hasta hace unos años se practicaban en cualquier rincón de un barrio, calle o plaza fue un éxito puesto que fueron muchos los niños y niñas que se acercaron para descubrir que hay más posibilidades de pasarlo bien más allá de echar partidas con las consolas sentados en el sofá del salón.

De este modo el recinto contó con diversas pruebas preparadas por los monitores que se encargan cada fin de semana de los chavales de las escuelas y también fueron algunos padres o madres, además de abuelos, los que fueron los primeros en dar ejemplo y demostrar que el tiempo pasa pero hay algunos que ya son parte del acervo colectivo de esos progenitores que también tuvieron infancia. No fue raro ver a algunos pequeños demostrar sus habilidades en un deporte como la petanca donde algunos de los socios del club oriolano les enseñaron trucos sobre cómo lanzar las bolas o las sencillas reglas del mismo. Tampoco fue difícil ver a otros jugar al caliche, un juego muy arraigado hace décadas en la huerta, donde cuenta la habilidad para tirar las monedas que se colocan encima de un palo tras arrojarle proyectiles.

Hubo juegos de toda clase, desde los que se hacen al aire libre a los de mesa «porque lo importante es que las nuevas generaciones descubran que las nuevas tecnologías implican diversión pero hay otras fórmulas que también suponen un ocio saludable», indicó el coordinador de la actividad, Francisco Sabater.

Este y los monitores deportivos prepararon un pequeño compendio de actividades y al comienzo de la mañana explicaron las reglas a los niños menos acostumbrados a jugarlos «pero hay otros de barrios tradicionales como San Antón, San Isidro o el Rabaloche que todavía ven que los practican sus abuelos», explicó el coordinador, y esta proximidad se notó con algunos de los adolescentes que participaron en las partidas de petanca o caliche pero también en las jugadas con bolos huertanos.

Gran aceptación tuvieron los partidillos de fútbol con chapas, ahora rebautizados como 'boton-boll' donde algunos padres enseñaron a manejar las piezas de plástico y desplazar un minúsculo botón que hacía de balón. Las canicas o bolinches como se les conoce en la comarca, también ocuparon su espacio sobre el césped de una de las parcelas del palmeral para meterlas en el agujero o golpear aquellas dentro de un triángulo con otras para ganarlas. «Implican estos juegos también desarrollar la imaginación», dijo Sabater, quien puso como ejemplo jugar a las tres en raya con petos de colores para rellenar aros en el suelo y anular las opciones de los adversarios «porque obliga a pensar rápido y mejorar el conocimiento cognitivo» o el dominó donde dos parejas de niños emularon a sus abuelos.

Sin duda alguna estos juegos o los saltos a la comba al ritmo de canciones del acervo popular junto con el desgaste de atinar en las casillas de la rayuela, cos cos para los oriolanos, abrieron a los niños las ganas de volver a practicarlos en su tiempo libre.