Escribe Miguel Hernández en uno de sus versos... «Tristes guerras si no el amor la empresa...» Eso es precisamente lo que el sábado pudimos contemplar sobre el escenario del Teatro Circo de Orihuela, una guerra pasional impulsada por celos de amor que terminó en tragedia en medio de un contexto social de crítica al poder abusivo de un tirano. Ese podría ser el resumen de 'El labrador de más aire', la tercera obra teatral de Miguel Hernández que fue representada por la compañía oriolana Teatro Expresión bajo la dirección de Atanasio Díe. Escenografía sobria para no distraer al público de los diálogos, texto en verso muy cuidado en su interpretación y escenas de especial tensión, como la protagonizada por Juan y Alonso, los dos campesinos enfrentados, todo ello aderezado con algunos momentos de comicidad que sabiamente descargaban la presión dramática con la aportación de cuatro lavanderas exquisitas.
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La puesta en escena destiló espíritu hernandiano por el contexto social en el que se enmarca la obra y por la interpretación del personaje de Juan, muy en la línea de lo que Hernández transmitía: hombre íntegro, de corteza ruda curtida por el trabajo campesino, de principios honestos y dotado de un sentido de la justicia que le impulsaba a abanderar un espíritu indomable contra la tiranía. Frente a él, la mezquindad del poder autoritario, abusivo, representado por Don Augusto, hombre falto de principios morales y del sentido de la decencia en las relaciones humanas. Ambos personajes antagónicos simbolizan la eterna brecha social que abre en canal este país: los que mandan y los que obedecen, los que todo lo tienen fácil y los que nunca tiene una oportunidad en la vida, los que miran el mundo desde arriba y los que siempre miran al suelo... Es la realidad contra la que Miguel Hernández se rebela poéticamente en 'Viento del pueblo' y que escenifica en 'El labrador de más aire'.
Con una atmósfera flamenca presente en toda la representación y con una bailarina dotada de salero y estética, la obra funcionó de principio a fin y así lo captó el público que salió satisfecho del Teatro. La obra ya fue llevada al escenario en el año 2010 con motivo de celebrarse el centenario del nacimiento del poeta, y ahora ha vuelto a escena en una versión retocada para conmemorar el centenario del nacimiento de Josefina Manresa, esposa y musa de inspiración poética de Miguel Hernández. La intención del director de la obra, Atanasio Díe, es llevar la representación a otros teatros y ciudades como homenaje a Josefina, principalmente a las tierras de Jaén que les vieron nacer. De hecho, Quesada, su pueblo natal, está preparando un paquete de actividades de homenaje a Josefina en torno al Museo Miguel Hernández/Josefina Manresa. Miembros de la compañía Teatro Expresión viajaron el pasado mes de noviembre a Quesada para conocer de primera mano el museo hernandiano, y allí manifestaron ante el alcalde de la localidad su deseo de colaborar en las actividades de homenaje a Josefina.
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