León XIV y los derechos humanos
Un Papa, como todos desde 1948, en total sintonía con los derechos y libertades de las personas
VICENTE AGUSTÍN MORRO LÓPEZPORTAVOZ DE NEOS EN VALENCIA. DELEGADO DEL FORO DE LA FAMILIA EN VALENCIA
Viernes, 6 de junio 2025, 23:43
¡La paz esté con todos ustedes!». Estas fueron las primeras palabras del Papa León XIV desde la logia central de la Basílica de San ... Pedro, tras su elección como 267º sucesor de San Pedro el pasado 8 de mayo. La palabra «paz» es, seguramente, la más repetida por el nuevo pontífice en sus discursos, homilías y mensajes; luego le siguen «justicia» y «verdad». Tras ellas, probablemente, la palabra «familia».
En la Sala Clementina, durante la Audiencia al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el viernes 16 de mayo, el Papa señaló «las tres palabras clave que constituyen los pilares de la acción misionera de la Iglesia y de la labor de la diplomacia de la Santa Sede»; las tres palabras que ya hemos mencionado: paz, justicia, verdad. Ante los representantes diplomáticos de la inmensa mayoría de los gobiernos de los estados y territorios del mundo, León XIV recordó, con meridiana claridad, que «es tarea de quien tiene responsabilidad de gobierno aplicarse para construir sociedades civiles armónicas y pacíficas. Esto puede realizarse sobre todo invirtiendo en la familia, fundada sobre la unión estable entre el hombre y la mujer», citando a continuación a su antecesor León XIII, que en el número 9 de su Encíclica 'Rerum novarum' (15 mayo 1891) se refería a la familia como «bien pequeña, es cierto, pero verdadera sociedad y más antigua que cualquiera otra». El Santo Padre nos está iluminando con abundantes citas del magisterio de León XIII y de la magna obra de San Agustín, obispo de Hipona desde finales del siglo IV hasta su muerte el año 430. En su primera intervención, citada al inicio de este artículo, se reconoció, dada su condición de presbítero agustino, como «un hijo de San Agustín».
Invertir en familia, apoyar a la familia, proteger a la familia. La familia como factor de construcción de sociedades pacíficas y armónicas, como factor de progreso y estabilidad, como riqueza cultural de la humanidad. Este recordatorio del nuevo Papa sobre el importante papel social de la familia encuentra pleno respaldo en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948, DUDH), que en su artículo 16.3 establece que «la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado», y también en el artículo 39.1 de la Constitución Española (1978, CE) que ordena que «los Poderes Públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia». Además, en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2016, CDFUE) se dice, en su artículo 33.1, que «se garantiza la protección de la familia en los planos jurídico, económico y social».
Esta preocupación por los derechos humanos la manifestó también en su discurso a los periodistas
Un Papa, como todos desde 1948, en total sintonía con los derechos y libertades de las personas. De hecho, en el mismo discurso unas líneas más adelante recordó «nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se tutele la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas más frágiles e indefensas, desde el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes».
Esta preocupación por los derechos humanos la manifestó también en su discurso a los representantes de los medios de comunicación, en el Aula Pablo VI, el lunes 12 de mayo al reiterar «la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por haber intentado contar la verdad, y por medio de estas palabras también pedir la liberación de los mismos... El sufrimiento de estos periodistas detenidos interpela la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional, pidiéndonos a todos que custodiemos el bien precioso de la libertad de expresión y de prensa». León XIV, que considera el trabajo de los medios un «servicio a la verdad», llama «bien precioso» a las libertades de expresión y prensa, y lo mismo vale para las de pensamiento y conciencia, pues sin éstas no podrían darse las de expresión o prensa que, en el fondo, son la manifestación expresa y pública de las anteriores. La libertad de pensamiento se traduce en libertad de expresión de las propias ideas al explicitarse, oralmente o por escrito.
También en esta reflexión de León XIV encontramos ecos de la DUDH, que en su artículo 18 establece que «toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia», añadiendo en el 19 que «todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión». Con casi el mismo tenor literal se expresan los artículos 10 y 11 de la CDFUE.
Concluyamos con una cita más de san Agustín, que recordó el Pontífice en su encuentro con los medios: «Vivamos bien, y serán buenos los tiempos. Los tiempos somos nosotros» (Sermón 80,8). En nuestras manos está trabajar por la verdad, la paz y la justicia, para hacer «buenos tiempos».
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