Las víctimas
SUSI BOIX
Martes, 27 de mayo 2025, 23:37
Aunque toda intervención comience por afirmar, como no puede ser de otra forma, que se valora y se actúa desde el máximo respeto a las ... víctimas, no solo debe ser repetido una y otra vez, aún a riesgo de parecer reiterativos, porque nunca será suficiente, sino que, además, la palabra debe ir acompañada del hecho. En vísperas de cumplirse los siete meses de aquel fatídico 29 de octubre donde el pueblo valenciano vivió la peor de las catástrofes de la historia más reciente, y, en particular los municipios afectados, especialmente aquellos que vieron perder la vida a sus familiares, amigos y vecinos, a los que les siguen los que aún habiendo salvado la vida vieron cómo sus casas, vehículos y negocios quedaban arrasados.
Así que sí, las víctimas en el centro, en el eje de toda gestión, desde ese respeto que debe traducirse tanto en sensibilidad en el trato, dejando a su libre voluntad las acciones que consideren deben ejercer en defensa de sus legítimos intereses, como en la agilidad, la eficiencia y la eficacia de las ayudas económicas reparadoras del daño causado, incluido el moral.
Pero todo esto no encaja en fotografías interesadas, en usos partidistas para beneficio de cualquiera menos de las propias víctimas.
La pura lógica apunta a una atención desde la administración pública más cercana
La pura lógica, aunque solo fuera geográfica, apunta a una atención desde la administración pública más cercana, entendida ésta como los Consistorios afectados, siguiendo por las entidades autonómicas, hasta cerrar el territorio en el Gobierno de España, y, tras esta andadura, continuar hacia Europa; pero, lejos de esta realidad asumible y aceptable para todo ser viviente, las víctimas de la dana han sido atendidas de fuera hacia adentro.
Y, en este orden de cosas, tampoco cabe la elección, porque de las preferencias sobre quienes son recibidos y por quién derivan los usos interesados de las víctimas nace el uso partidista del dolor.
Puertas abiertas de la administración pública, desde todos los estamentos, dejando que actúe la voluntad de las víctimas para determinar, cuándo, dónde y con quién reunirse; y, por supuesto, también, el cómo, porque la publicidad también deber ser una elección libre.
Desde esta perspectiva, con el respeto por acción, solo cabe, de manera coordinada por parte de todas las administraciones públicas, destinar todos los recursos que sean necesarios para que las víctimas directas encuentren la única respuesta posible en aras a reparar el daño, ayudas; y, por extensión, el pueblo valenciano se recomponga, desde la reconstrucción de las calles, parques, colegios, instalaciones deportivas, pero no solo para volver al estado en el que se encontraban antes de la dana sino para que dispongan de mayores herramientas de prevención que solo son posibles con la ejecución de las obras hídricas que deben salir del cajón del olvido.
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