Pedro Sánchez no cree en la democracia
RUBÉN MALONDA MOLLPROFESOR DE UNIVERSIDAD
Viernes, 20 de junio 2025, 23:31
El Sr. Sánchez ya es 'El señor de los corruptos'. No solo no acepta que coordinó, dirigió y permitió la corrupción en las gradas más ... altas de su partido y de su gobierno, sino que ahora quiere poner condiciones para permitir un supuesto adelanto electoral.
La democracia es justamente lo contrario de lo que predica nuestro presidente, lo contrario de lo que dice y hace, porque la democracia es lo contrario de aferrarse al poder, es devolvérselo a los ciudadanos para que juzguen y decidan.
España no debe permitirse un gobierno que no puede gobernar, primero porque no cuenta con la mayoría suficiente para garantizar una estabilidad política que la está supliendo 'comprando' a sus socios, porque si algo de le da bien al PSOE es comprar en lugar de consensuar, compra votos en las primarias, compra licitaciones en los ministerios, compra y accede a los chantajes de los independentistas y compra las voluntades de sus socios como Podemos y Sumar con los que antes no podía dormir tranquilo.
Pedro Sánchez ya se tomó una semana sabática ante el escándalo de su hermano y su mujer. Pero ahora tenemos el caso más grave de corrupción política y gubernamental en la España democrática. No es un caso aislado, sino una manera sistemática de actuar que emerge y fluye desde y a través del presidente del gobierno.
Tras destapar el escándalo, el presidente ha anunciado una ronda de conversaciones con las formaciones de coalición, es decir de sus lacayos políticos, pero Yolanda Díaz lo único que busca con esta reunión es pavonearse ante su inminente desaparición. Tengamos claro que a los socios de gobierno no les importa la corrupción de Sánchez, lo único que temen es pasar a la oposición y perder sus privilegios. Pedro Sánchez le tiene miedo a la democracia porque sabe que no tiene ninguna opción de ganar las próximas elecciones. Y aún así, el presidente tiene la desfachatez de declarar que hay una conspiración y una operación de derribo contra él, contra su persona, contra su gobierno. Pero la única operación de derribo que ha existido es la que Pedro Sánchez ha practicado contra la democracia de nuestro país, que ha convertido el arte de gobernar en el arte de robar, el arte de manipular, el arte de confrontar, el arte de segregar y el arte de establecer un orden moral según el cual la única ideología virtuosa es la suya.
Pedro Sánchez, sólo se ha preocupado de exterminar a sus adversarios políticos dentro y fuera de un partido, derribando a sus compañeros de partido y derribando a todos los infieles y opositores en su ansia infinitiva de poder.
Los audios a los que hemos tenido acceso sobre cómo se repartían las prostitutas los dirigentes del PSOE muestran claramente una actuación teatral de un partido que muestra un ideario político en el que no cree. Porque el PSOE es experto en fabricar mentiras y en aparentar que defiende unos valores relacionados con la igualdad, el feminismo y el bienestar social que nada tiene que ver con sus verdaderas creencias.
Hace muchos años pudimos comprobarlo cuando defendían la escuela pública y matriculaban a sus hijos en la escuela privada, cuando defendían la sanidad pública y acudían con sus familiares a la sanidad privada. Ahora lo hemos comprobado con mucho más relieve y profundidad. El partido socialista es una gran mentira, un gran fiasco para la ciudadanía.
Lo que hemos tenido hasta ahora ha sido un desgobierno y el gran atentado contra la igualdad se ha producido cuando se ha pretendido crear una España a dos velocidades. Porque es una gran contradicción hablar de igualdad entre ciudadanos y defender privilegios territoriales o la independencia de Cataluña.
En recientes declaraciones el ministro de exteriores dice sentirse orgulloso de su país, y es que el gobierno no sabe lo que significa la corrupción para un país porque ha tolerado la degradación y perversión de sus representantes políticos de forma ingente y continuada durante muchos años y ha puesto en evidencia la corrupción sistemática del partido y gobierno socialista.
Si antaño no le sirvió de nada a Felipe González decir que no sabía nada del caso de los GAL ahora no le servirá de nada a Sánchez decir que todo ha ocurrido a sus espaldas. Nadie puede creer que el presidente no intentó tapar este escándalo, cuando le ofreció a Ábalos un abogado y un trabajo comprando su silencio.
¿Cuántos silencios se han comprado en estos últimos años?, ¿Cuántos votos de diputados en estas dos legislaturas? El daño causado es irreparable pero al menos podemos cambiar el rumbo por uno digno de un país democrático. Podemos aprender de un pasado oscuro y vergonzoso y alejarnos de todo lo relacionado con este desgobierno para crear un futuro mejor.
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