Tardosanchismo
Los que ya tenemos una edad recordamos perfectamente los estertores del tardofelipismo. Cada día explotaba un trallazo que nos noqueaba. Era un sinvivir y un ... sinparar. Tan divertido como lamentable. El perfume a cadaverina colapsaba nuestras narices y el fin de ciclo se percibía en el ambiente. Acaso se repite la situación. Veremos. Crecen los enanos del circo y tal y tal. Hoy asistimos, quizá, esperemos, a las boqueadas finales porque nos deslizamos sobre el grasiento barrillo del tardosanchismo y abundan los pitos, las flautas y las gaitas y se necesita otro rumbo para alejarnos de los que gobiernan de verdad con sus siete votos.
No convoca elecciones anticipadas porque en vez de escapar de la supuesta fachosfera huye hacia la estratosfera creyendo que ahí nada le salpicará. Pero errar con sus dos principales subordinados, Ábalos y Cerdán, demuestra escasa vista y eso es difícil de asumir. La banda del 'Peugeot' se ha convertido en un especie de 'Diez negritos' pero en versión jibarizada. De los cuatro integrantes de la cuadrilla, sólo queda él. No sé, pero ese viaje parecía discurrir sobre la autopista del infierno de AC/DC. Mala pinta tiene esto. Hasta hacía bien poco defendían la honorabilidad de Cerdán con uñas y dientes. Y, además, ay señor si es que no aprenden, algunos colocaron la mano sobre el fuego. Craso error. El club de los 'manos socarradas' en política es tan numerosos como los integrantes de la Primitiva de Liria, pero sin su talento musical porque estos politicastros desafinan siempre. Sánchez, pobrecillo, alma cándida, ser de luz bermellona con sus virtudes y sus defectos, no se enteró de nada y le tangaron porque es persona de buen corazón. No tiene la culpa, pese a ser el máximo gerifalte, o sea el que les concedió responsabilidades y poder. Es una víctima al borde del llanto. Como ustedes y como yo.
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