Secciones
Servicios
Destacamos
Las leyes del mercado son implacables y se rigen por la oferta y la demanda para que el tintineo de su faltriquera emita el risueño ... sonido campanudo de una caja registradora de antaño. Y así, los billetes de avión que nos trasladan hacia Roma, que todos los caminos y los vuelos nos conducen hasta allí, acaban de experimentar un subidón-subidón aprovechando las ceremonias fúnebres y el posterior cónclave. Los fieles que opten por surcar los cielos para asistir en directo a todo lo que allí suceda pagarán, pues, una suerte de peaje celestial que no es sino experimental bula de capitalismo rampante.
Billetes de avión, habitaciones de hotel, restaurantes, botellas de agua que se compran para no deshidratarse cuando las largas colas... La maquinaria engrasa sus entrañas y lubrica su estómago voraz dispuesta a cobrarse su diezmo. Comprobamos, en fin, que en nuestra sociedad, de alguna manera, finalizamos en el puro espectáculo que entretiene nuestra almas pecadoras, en general ávidas ante las emociones que nos vivifican aunque sea mediante asuntos de muerte. Cuando en Valencia rulaban los Fórmula Uno envueltos en sus bramidos infernales, los precios también aumentaban una barbaridad. Cualquier acontecimiento que capte la atención de los visitantes que se dejan caer para observar de cerca el evento, se convierte en un feroz negocio. Incluso la espiritualidad más aguda, más profunda, más honda, más reconcentrada, desaparece bajo el cruel peso de la calderilla. Ignoro si esto es bueno, malo o regular, no puedo pronunciarme, sólo constato que es lo que hay porque, entre todos, hemos colaborado en este gran tinglado que, en el fondo, reparte un flujo de recias limosnas que a muchos alcanzan. Las tiendas de souvenirs ancladas en la venerable Roma se frotan las manos. El espectáculo y sus beneficios, en fin, deben continuar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.