Superpoderes
Gracias al fenómeno de la bilocalización, ubicamos a una misma persona en dos lugares al mismo tiempo. Dicho de otro modo para que les quede ... claro, si yo tuviese ese formidable don que la naturaleza me ha negado, podría estar en la 'palocueva' rascándome las orejas («orejas» queda más fino que «huevos») y en un hotelazo de Formentera disfrutando de esas aguas, y todo a la vez. Un chollo, desde luego. Se cuenta que el fraile Pio de Pietrelcina gozaba de ese superpoder. No lo sé, porque no estaba ahí, pero compro la historia porque estas cosas me encantan y siempre estoy a favor de ellas.
Nuestro Sánchez, un hombre que en sí mismo es un audaz fenómeno, ha descubierto el poder de la bitrolización; esto es, la capacidad de soltar trolas en un sitio y en otro y casi al mismo tiempo. En Europa les cuenta su milonga sobre el precio a pagar en la OTAN, y en España narra justo lo contrario. Magia. Alquimia. Birlibirloque. Milagro. Bueno, y algo de caradura también, pero qué importa, al fin y al cabo las leyendas siempre nacen de ese desparpajo que forja las grandes obras literarias. Sánchez nos vende un gran éxito, pero allende fronteras aseguran que de eso nada, que al final, como es lógico, nuestros bolsillos arrojarán las monedas que corresponden. Le desmintieron, pero a este pionero de la bitrolización una fruslería así le importa un bledo. Sánchez ha desplegado tal arte en el universo trolero que sus pretorianos no han tenido más remedio que imitarle. Pero la fotocopia de una copia siempre sale desvaída, amustiada, borrosa, y jamás consigue el efecto del original. Sus imitaciones en los campos de embuste carecen de la convicción del máximo gerifalte. Véase mismamente a Bolaños. El juez Peinado quiere imputarle por sus presuntas mentirijillas. Y entre el juez y el ministro, sé de quien me fío. Vamos, no tengo ninguna duda.
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