Secciones
Servicios
Destacamos
Sospecho que la estrellas de rock y del cine se rodean, cuando salen de paseo, como quien dice, de un enorme aparato de guardaespaldas no ... tanto para evitar la bala maldita de un atentado, que también, sino para sortear los pelmas que tratan de chuparles la energía. Característica común de la gente pesada que idolatra al famoso es su manía por tocar la carne del ídolo. Es como si, mediante la imposición de manos, sintiesen que parte del talento de la celebridad se descarga contra sus chepas anónimas. En esto de los tocamientos intuyo que resucita el cavernícola que todavía anida en nuestro interior. De hecho, las criaturas de tierna edad lo palpan todo para reafirmar sus sentidos. Hay algo ancestral, pues, en esto de manosear al prójimo.
Asistimos estos días a un buen número de repasos compactados que resumen en unas cuantas fruslerías los doce años del papado de Francisco. Y así, hemos podido recordar cuando una mujer le agarraba de la mano y le propinaba fuertes tirones al Santo Padre, con lo cual, este hombre, tan paciente en general, reaccionó vivaracho y se desprendió de la zarpa arreándole unos cuantos manotazos. Por fin liberado, se marchó con aire enfurruñado, como si meditase: «No hacía falta tanta vehemencia, si soy persona amable que contesta a la gente». Ese trance, esos manotazos liberadores, me encantan porque humanizan al Papa. Se puede ser bueno, incluso muy bondadoso y sosegado, pero en ocasiones, en esta vida, sufrimos un desacato que nos perjudica el humor y, entonces, nos defendemos sin fisuras desplegando un arrebato breve pero intenso. Algunos criticaron aquel arrebato de Francisco, pero uno lo comprendió porque cuando alguien cruza determinadas líneas sólo cabe obrar con cierta contundencia. Un Papa sin duda destila halo divino, pero no deja de ser humano. Y eso se me antoja una notable virtud.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.