El 'cagalló d'or'

La musicalidad del idioma valenciano, amortigua, además, cualquier barbaridad y, en este sentido, el 'cagalló' ocupa un lugar dominante en nuestros desparrames. Sublime se me antojó siempre la expresión «com cagalló per sequia» para demostrar que navegamos desnortados por la vida. Y, cuando alguien insiste en un yoísmo hiperbólico, entonando el cansino «yo, yo, yo», se arriesga a escuchar la réplica «yo, yo, yo, estira un cagalló». En mi pueblo, el mote de los que limpiaban las fosas sépticas, era, evidentemente, «els merderos». Y la compañera de aulas infantiles de una amiga mía soportaba el apodo de «cagallonera» porque sus padres se dedicaban al mismo oficio. Vinicius recibe, en una Falla, un 'cagalló d'or' y el artista ha recibido amenazas de muerte. Las Fallas disparan a todo lo que se mueve y aparecer en una de ellas, pese a todo, supone un honor que conviene apreciar. Quizá nuestro humor sea chocarrero y salvaje, pero es el nuestro y me encanta. Aquí ni se ataca a Madrid ni al Real Madrid. Es más, nunca olvidaremos a todos los voluntarios que vinieron a quitar barro, ni que el club merengue colaboró de inmediato. Lo de Vinicius y su 'cagalló' áureo no es sino tralla fallera, o sea mero divertimento que acabará reducido a cenizas. Han escogido a Vinicius porque las celebridades de la política, la televisión y el deporte, en fin, pagan su peaje puntual durante las Fallas. No exageremos.