La boda de Bezos
Los excesos siempre gozan de mala prensa salvo si los protagonizan los jeques árabes que regalan diamantes de propina o los hijos gordinflas de los ... multimillonarios hindúes que desposan a estrellas de Bollywood. Si el desparrame viene de las manos un megamultipelas de, digámoslo así, el primer mundo, entonces florecen las críticas. Si el pastoso es yanqui y, encima, alquila Venecia para celebrar la cuchipanda de su bodorrio con cientos de celebridades, el asunto se convierte en algo imperdonable.
Pero si Jeff Bezos ha podido realquilar Venecia unas cuantas jornadas, o al menos, parte de ella, esto se debe a que se la han alquilado. No parece que el tipo haya amenazado con lanzar unas bombas 'penetrator' contra la divina ciudad convertida, hace tiempo, en un parque de atracciones para chancleteos de todo el mundo. El tipo ha repartido su pastizal y las autoridades, imagino, han aceptado ese flujo. Se me antoja normal que los activistas del ramo protesten, pero que lancen sus dardos contra quienes alquilaron el terrenito al magnate. Por otra parte, no sé bien si atacan a Bezos por su boda, tan inevitablemente hortera, o por ser intensamente rico. hablamos de la tercera fortuna planetaria. Sospecha uno que el problema viene porque se han vendido barato. Soy de los que creo que todos tenemos un precio, y Venecia, nada menos, se puede vender unos días, pero por mucho más dinero. Me huele que han hecho el canelo con don Jeff. Apuntan que el gasto de su ceremonial sube hasta cincuenta millones de pavos. Y que lanza un donativo a la ciudad de tres millones. Una auténtica bagatela. Afirman también, según escuché en la Sexta, que el retorno para la ciudad es de novecientos millones. Otra bagatela. Bezos acumula doscientos treinta mil millones. Y está enamorado. A un enamorado le sacas hasta los higadillos. Venecia se ha portado como un primo.
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