Años 80, en casa de Juan Gil-Albert (Alcoi, 1902-Valencia, 1994). El gran escritor, sentado cerca del ventanal que daba a la calle ... Taquígrafo Martí (en el Ensanche, muy cerca de la Avenida Reino de Valencia), me dijo: "Unos amigos míos se han ido de vacaciones a Japón". Gil-Albert puso entonces cara de perplejidad y juntando las manos como si rezara, se preguntó a sí mismo: «¿A Japón, tan lejos?». Y añadió, concluyente: «¡Con lo que hay que ver cerca de uno! Eso sí, verlo bien visto».
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Algo parecido me ocurrió hace unos días cuando LAS PROVINCIAS me ofreció la posibilidad de representar al periódico en la Gala de los Premios Planeta 2025, celebrada en Barcelona el 15 de octubre. He asistido a esa gala muchas veces y una y otra vez comprobé la magnífica y cariñosa organización del evento por parte de la editorial catalana.
Dudé. Finalmente, decidí no ir a Barcelona. El premio ha perdido fulgor literario. Sí, en su historial hay ilustres ganadores (Ramón J. Sender, Terenci Moix, Vargas Llosa, Soledad Puértolas, Eduardo Mendoza, Camilo José Cela...), pero últimamente el galardón parece buscar sobre todo figuras de la televisión, cuya popularidad le importa mucho más a la editorial que la mayor o menor calidad de las novelas premiadas. Tal y como ha comentado Ramón de España, «durante muchos años, todo el mundo estaba al corriente, más o menos, de cómo se cocinaba el premio literario mejor pagado de España, pero era como de mal tono decirlo o escribirlo».
El motivo de mi renuncia a la propuesta de viajar a la hermosa Barcelona y residir allí durante dos días a cuerpo de rey, no se debió a 'la perdida de inocencia' del Planeta, tampoco a los obligados madrugones (uno al ir, otro al regresar), y ni mucho menos a las seis horas largas de trayecto (sumando el tiempo de ida y el de vuelta), ya que disfruto con los viajes en tren (no así con los viajes en coche y menos en avión). El motivo principal venía a ser una variante de las palabras de Gil-Albert. ¿Irse lejos, a 350 kilómetros, por razones culturales? ¡Con lo que hay que ver cerca de uno, aquí en Valencia! Eso sí, verlo bien visto. Y decidí visitar el miércoles 15 el Centre del Carme.
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Kike Vilabelda (Valencia, 1986) expone 'Common Ground' en el Carme, muestra organizada por el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana. Un proyecto atmosférico, con todo el suelo del espacio expositivo cubierto de sal rosa. Inquietud y también belleza con esta meditación sobre la transformación del paisaje. La obra de Vilabelda "reclama una mirada poética y científica a la vez (...) que nos invita a reconocer que somos parte inseparable de la naturaleza y no meros espectadores" (del texto de presentación de 'Common Ground').
Regresé al Carme el día siguiente. En vez de en Barcelona, estuve en Valencia 'viendo bien vista' la colectiva 'PAM¡PAM¡' (comisariada por Laura Silvestre y José Luis Clemente, con la colaboración de la Politécnica y la Fundación Hortensia Herrero). Obras de Alejandro Vázquez Tomé, LAUPE, Miguel Tinoco, Estefanía Serrano, Nicolás Gay Ramón, Azul Macas Moreno, Meritxell Simó, Mar Cortés, KANNO/Ferrán Buj y Carmen Jaras. Trabajos iniciales de jóvenes artistas tras su paso por la Facultad de Bellas Artes.
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Sí, hay mucho que ver en Valencia. Eso sí, verlo bien visto. Bajo esa premisa, Valencia es una ciudad culturalmente inagotable
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