Tienen más portaaviones
Estados Unidos, bajo el mandato de Trump, quiere seguir imponiendo su hegemonía cultural en las sociedades abiertas, pero ahora con un gasto menor. O gratis
Un amigo le planteó en cierta ocasión a Pío Baroja un tema espinoso: «A Clarín, Azorín o a ti mismo, os cuesta vender la ... primera edición de vuestros libros, es decir entre 500 y 2.000 ejemplares, mientras que Hemingway, Fitzgerald o Steinbeck, que no son mejores que vosotros- venden sus novelas por centenares de miles. ¿Por qué ocurre eso?». La respuesta de Baroja fue memorable: «Porque los norteamericanos tienen más portaaviones que nosotros».
Con su habitual tono mordaz, Baroja hizo este comentario -provocativo solo en apariencia- para resaltar la influencia del poderío económico y militar de Estados Unidos en la difusión de su cultura: el cine, el arte, la música, la literatura, el idioma... Para el escritor vasco, el éxito de los escritores estadounidenses no solo dependía de su talento, sino también del peso armamentístico y económico de USA en el mundo.
La palabrería de Trump va desvelando -no poco a poco, sino a toda pastilla- una pretensión ventajista: el Imperio quiere seguir disfrutando de su hegemonía comercial y cultural en las sociedades abiertas (así ha ocurrido tras la II Guerra Mundial, especialmente en Europa), pero apuntando el insólito presidente norteamericano la amenaza de que Estados Unidos se retire de la OTAN o cierre las bases de Rota y Morón de la Frontera.
He citado antes cinco universos culturales: cine, música, arte, literatura e idioma. Trump no debería quejarse de la 'realidad 2025', ya que toda variación razonable de tendencias podría ir en su contra. En cine tenemos un cansino predominio de películas USA de superhéroes: Batman, Spider-Man, Superman, Black Adam... Qué lejos estamos del cine clásico de Hollywood: Ford, Hitchcock, Lang, Hawks, Wyler, Wilder, Mankiewicz, Ray, Cukor, King Vidor...
Dejemos el cine y hablemos de discos y espectáculos musicales ante miles de espectadores: es muy posible, casi seguro, que Beyoncé, Rihanna, Taylor Swift, Britney Spears o Lady Gaga tendrían un menor impacto comercial sin el respaldo de los portaaviones.
Arte. ¿A qué debe la estratosférica cotización de Warhol, Rothko o Pollock? A los portaaviones, por supuesto.
Literatura. Citaré dos ejemplos, pero podría poner decenas. Colleen Hoover, conocida por novelas como 'Romper el círculo' y 'Primer amor', ha vendido más de 32 millones de ejemplares en todo el mundo. Y tenemos al estelar Stephen King, escritor de terror y ficción sobrenatural con más de 500 millones de libros vendidos. Muchas de sus novelas han sido adaptadas con gran éxito al cine y la televisión, entre ellas 'El resplandor' (Stanley Kubrick, 1980) y 'Carrie' (Brian de Palma, 1976). Sin el apoyo de los portaaviones, la popularidad de Hoover y King sería mucho menor.
Idioma. En este apartado, muy importante para el Imperio, me limito a recordar los anglicismos que con mayor frecuencia aparecen en la prensa escrita y en la tele. El uso de anglicismos en los medios de comunicación españoles es un fenómeno cada vez más común y se debe sobre todo al impacto de la tecnología y de la cultura anglosajona: 'Smartphone', 'streaming', 'lawfare', 'software', 'influencer', 'fake news', 'postear', 'spoiler', 'casting', 'show', 'remake', 'show', 'fans'...
Los rentables negocios de Estados Unidos con Europa serían inferiores sin el poder de los portaaviones. Trump lo sabe muy bien, pero se hace el despistado. Del Oscar hablaremos otro día.
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