El eje de la Ciudad de las Ciencias
L'Assut de l'Or se beneficiará de un repaso integral a los 16 años de su apertura debido a su rápido envejecimiento y al maltrato al que es sometido
Es el puente más espectacular de Valencia y utilizo ese término con todo su significado. Es posible que algunos digan que hay otros más elegantes ... en la ciudad o más funcionales, pero l'Assut de l'Or es sin duda como contemplar un espectáculo. Y va a pasar por el taller de reparaciones debido a su mal estado de conservación.
Su autor, Santiago Calatrava, lo consideró el día de su apertura en diciembre de 2008 como el eje sobre el que giraba toda la Ciudad de las Ciencias. Los vecinos lo bautizaron enseguida como había ocurrido antes con la «peineta» o «la Pantera rosa» y al denominarlo «jamonero» demostraron que se había integrado perfectamente en la ciudad.
El «jamonero» pasará por el taller de reparaciones 16 años después porque acumula óxido por todas partes, los grafitis empiezan a adueñarse de la parte baja, los tirantes tienen también mal aspecto y hasta las balizas para la navegación aérea que lo rematan deben ser cambiadas con el fin de adaptarse a la normativa europea. En conjunto, un presupuesto de 863.937 euros para un plazo de ejecución de cinco meses.
Todo en este puente es enorne, cualquier cifra que se apunte. Los accesos y el propio puente miden 324 metros de longitud, mientras que la anchura llega a los 39 metros. El pilono (la curva que le da nombre) se eleva 117 metros sobre el tablero, lo que supone más altura que la cercana Torre de Francia. Y está sujetado por 29 tirantes, que han empezado a dar problemas de aspecto. La seguridad está garantizada, dice el informe, entre otras razones porque la cimentación alcanza los 40 metros en el subsuelo del viejo cauce.
Sería fantástico que este lavado de cara de l'Assut de l'Or coincidiera con la prolongación de la línea de tranvía en dirección a la calle Menorca, pero de momento no es más que un proyeto en trámite. O que aguas abajo se iniciara la construcción de la pasarela peatonal y ciclista inicio de una ruta que llegará hasta Nazaret. Pero tampoco será posible.
Las necesidades de la zona son muchas y variadas, incluso en materia de protección de la huerta. Justo enfrente del Roig Arena, al otro lado del bulevar sur, la degradación de los campos de cultivo empieza a ser alarmante. Si hay consenso en salvar Font d'en Corts y La Punta de la desaparición, entonces hay que emprender medidas para que no desaparezca el paisaje tal y como lo conocíamos.
Pero sigo en el viejo cauce. El Ayuntamiento anunció hace poco que encargará a una empresa el mantenimiento del jardín del Turia, lo que deja en pésimo lugar al Organismo Municipal de Parques y Jardines. Estos profesionales se encargan de los parques más valiosos, los que se suelen cerrar por la noche. ¿Pasará lo mismo con Monforte, el parque de Polifilo o el de Orriols? Está claro que las necesidades del principal pulmón verde de la ciudad son muchas, aunque no tengo nada claro que la solución sea quitar la gestión a la entidad municipal y sacarla a concurso.
Los asuntos no se acaban nunca en esta parte de Valencia. La primera fase del Parque de Desembocadura, desde el puente de Astilleros hasta la futura Ciudad Deportiva del Levante U.D. en Nazaret, ya está en estudio por parte de los servicios municipales. La asociación de vecinos, por cierto, reclama que se drague todo el fondo antes de acometer la nueva zona verde.
Sería buen momento, otra vez, para que el Ministerio de Transportes anunciara que ofrece financiación para prolongar el túnel de Serrería y acabar con la barrera de hierro que impide llevar el jardín desde el Oceanogràfic.
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