Es un asunto ya tratado alguna vez en LAS PROVINCIAS pero conviene recordarlo. El mayor asentamiento de chabolas en Valencia no se encuentra en el ... jardín del Turia sino en un lugar donde cada nadie lo ve. Sobre el asfalto del antiguo circuito de Fórmula 1 en el Grao no para de crecer la huella de refugios precarios (me niego a llamarles casas) a la espera de que finalicen los trámites para la construcción de 3.200 viviendas.
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Estos días ha sido noticia la inversión del Ayuntamiento para abrir un itinerario ciclista y peatonal que una el jardín del Turia con el barrio de Nazaret, en concreto en las inmediaciones de la prolongación del paseo de la Alameda. Una reivindicación vecinal desde hace años que ha pasado de ser inviable a viable, por lo que toca felicitar a sus responsables.
El asunto es complicado de contar, dado que el proyecto necesita de una pasarela a la altura de la calle 3 de Abril de 1979 para pasar a la marginal derecha, siguiendo por debajo del puente ferroviario y continuar así hasta el puente de Astilleros. Me habría gustado más la noticia de que el Ministerio de Transportes hubiera aprobado la financiación para prolongar el túnel de Serrería, con lo que esto no haría falta, pero de momento tenemos que conformarnos con que se pueda ir hasta el mar por un carril bici. El soterramiento de las vías es vital para ajardinar los tramos que faltan y que Valencia de verdad se acerque al litoral.
Hasta entonces, el parque de Desembocadura quedará incompleto y eso que hay voluntad y dinero para hacerlo. La primera fase, por ejemplo, que va desde el puente de Astilleros hasta la futura Ciudad Deportiva del Levante U.D., ya ha sido entregada al Consistorio para que informen las concejalías.
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Todo eso sigue su ritmo mientras la realidad para los vecinos de las Moreras al asomarse a las ventanas de sus viviendas es contemplar los asentamientos de chabolas al otro lado del viejo cauce como una bofetada que los sacara de golpe de las recreaciones virtuales de flamantes torres de viviendas y bulevares ajardinados. Estoy seguro de que la concejalía de Servicios Sociales utiliza todos sus recursos para atender a estas personas y ofrecerles alternativas pero a la vista de las construcciones crecientes, faltan más medios.
La ciudad escondida es también efímera, con lo que es difícil saber la población que malvive en el antiguo circuito del Grao. El lugar se ha convertido por añadidura en un peligroso vertedero reciente, con todo tipo de materiales para las chabolas que acaban abandonados y con riesgo de incendios.
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En resumen, es la Valencia del futuro pero también la real, la actual. Llegará el día en que empiecen las obras del jardín y del PAI, pero de momento lo que tenemos es un montón de chabolas. Igual ocurre con las ideas para prolongar la Línea 10 de Metrovalencia hacia el norte con el fin de que Nazaret no sea una estación término.
La Conselleria de Medio Ambiente e Infraestructuras está inmersa ahora en las líneas 11 y 12, con itinerarios hasta hace poco en exposición al público, dejando a un lado la reivindicación vecinal de poder disfrutar del resto de la red de Metrovalencia con una adecuada conexión. Esa la última noticia que tiene la asociación de vecinos, algo así como el famoso «vuelva usted mañana» decimonónico.
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La línea 10 va desde Nazaret hasta la calle Alicante y sus usuarios tendrán que conectar con el resto en la calle Bailén o en la calle Xàtiva a través de sendos pasajes peatonales. Todavía se me escapa el motivo de hacerlo así, de una manera tan complicada, en lugar de que la 10 siguiera hacia el norte buscando Pont de Fusta.
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