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IRENE MARSILLA
Belvedere

¡Un toldo para la plaza, por favor!

Ausente desde 2011 y una vez está claro que el viejo no se va a volver a desplegar, resulta indiscutible que para los actos de la Virgen y el Corpus hace falta uno

Pablo Salazar

Valencia

Jueves, 22 de mayo 2025, 23:43

Vamos hoy con otro de esos asuntos urbanos que se eternizan sin que uno llegue a saber bien a qué es debido. El toldo de ... la plaza de la Virgen. Se empezó a instalar en 1967, para las festividades de la Virgen y del Corpus, y se colocó hasta 2011, cuando se retiró por los trabajos de restauración de la Basílica. El rechazo de los vecinos de la finca en la que se apoyaba y las dudas de los técnicos municipales por el riesgo que representa en días de viento tanto para la cubierta del templo como de la finca, provocaron que no se haya vuelto a desplegar. Por consiguiente, son ya catorce años los que este concurrido espacio carece de la protección contra un sol inclemente. Con el resultado previsible de lipotimias en algunas personas que hacen cola para el Besamanos. El viejo toldo reclamaba a gritos una renovación, tanto de sus anclajes como de su estilo. Pero cumplía una función. En las ciudades, el cambio climático obliga a adoptar soluciones en cuanto al diseño urbano que pasan por incrementar la superficie verde y reducir la ocupada por el asfalto y el hormigón. El ensanchamiento de las aceras, la plantación de arbolado, incluso las azoteas vegetales son medidas pensadas para aliviar el efecto de las altas temperaturas. Los toldos son otra alternativa, aunque no cualquier toldo. En la plaza de la Reina, la acertada intervención de reforma dirigida por José María Tomás ha incorporado unos demasiado livianos como para que en las horas de más sol cubran con sombra a los viandantes. Estéticamente quedan bien pero resultan inútiles, aunque hay que reconocer que el reto era complicado porque no se podía apostar por un modelo que obstaculizara la visión de la fachada principal de la Catedral. (Herencia de una operación mal concebida, durante el franquismo, cuando se abrió la plaza con el derribo de toda la trama urbana preexistente, sin tener en cuenta que la fachada de la Seo se había concebido para ese espacio pequeño, recoleto, no para uno de grandes dimensiones). Está descartado volver a desplegar el viejo toldo pero, a la vez, parece fuera de duda que hace falta alguna protección. Y aquí regreso al inicio, ¿hasta cuándo habrá que esperar para que el Ayuntamiento -independientemente de quien lo gobierne, izquierda o derecha- se decida a agilizar este proyecto? No estamos hablando de una obra costosísima, de millones de euros, sino de unos postes altos, seguros y resistentes, de quita y pon, que sirvan como soporte de unos toldos para la Virgen y el Corpus. ¿Lo veremos algún día? ¿Antes o después de que se derribe el kiosco ruinoso del Parterre?

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