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La secretaria general de los socialistas valencianos, la ministra Diana Morant, ha descartado la moción de censura contra Mazón y lo que reclama ahora son ... unas nuevas elecciones. La razón es obvia, los números no dan para ganar esa hipotética moción, ya que Vox ha descartado apoyarla por motivos no menos evidentes. Y encima, ¿qué candidato propondría el PSPV siendo que su actual líder no está en Les Corts? Por contra, unos comicios supondrían una oportunidad para la izquierda de dar la vuelta al resultado de 2023. Un veredicto que no aceptan y que se resisten a asumir. Primero, porque consideran que la gestión del Botànic I y del Botànic II fue brillante, por lo que no entienden que no recibiera el abrumador respaldo de la ciudadanía. Y segundo, porque la izquierda y sus socios imprescindibles -los nacionalistas- llegaron hace mucho tiempo a la conclusión de que sólo ellos tienen la legitimidad democrática para gobernar las instituciones. La democracia es democracia si ganan ellos, no si lo hace la derecha. Y mucho menos si se apoyan en fascistas (Vox, según su interpretación). En la II República ya podemos encontrar el precedente del, por decirlo en términos deportivos, mal perder de los socialistas. La derrota de 1934 derivó en la Revolución de Octubre, el primer capítulo de la posterior Guerra Civil. La victoria de Rodríguez Zapatero en 2004 se cimentó en la tragedia de los atentados del 11-M y en la movilización ante las sedes del PP en el día de reflexión. Con el accidente del metro, en 2006, ya se intentó algo similar en 2007, aunque no dio el resultado esperado. La pandemia del Covid también está siendo utilizada para tratar de desgastar a Díaz-Ayuso por su gestión de las residencias de mayores, como si en el resto de comunidades no hubiera muerto nadie. Y ahora, la dana es el motivo para exigir la convocatoria anticipada de elecciones autonómicas. Nadie en su sano juicio puede negar la gravedad de los hechos, los fallos en la prevención y en la reacción de las administraciones públicas, los interrogantes sobre la actuación del Consell y del propio presidente, Carlos Mazón. La justicia ya está haciendo su trabajo para tratar de esclarecer los hechos y determinar responsabilidades penales, si las hubiere. Querer acudir ya a las urnas cuando está todo tan reciente y con toda la labor de reconstrucción por delante y cuando ni siquiera se ha celebrado un funeral de Estado porque hay tres víctimas cuyos cuerpos no se han encontrado, nos muestra a un socialismo desesperado por haber perdido Valencia y ansioso por recuperarla a cualquier precio. Sanchismo en estado puro.
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