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El misterio de la calle de las Barcas
Belvedere

El misterio de la calle de las Barcas

En Valencia pasan, a veces, cosas raras, como que una vía céntrica y muy transitada por lugareños y foráneos presente varios locales comerciales cerrados

Pablo Salazar

Valencia

Sábado, 26 de abril 2025, 00:07

Mis compañeros me recomiendan cambiar mis rutas habituales para no pasar casi a diario por determinados lugares que alteran mi estabilidad emocional. Mestalla, sobre el ... que pende una sentencia de muerte. El adefesio que se construyó junto al palacio de Cervellón, en la plaza de Tetuán. El quiosco de bebidas del Parterre, frente al lateral del palacio de Justicia, del que me ocuparé en próximos días y que he convertido en una especie de objetivo vital. No volveré a vivir una final de Champions con el Valencia, no entrevistaré a Vargas Llosa y jamás veré un concierto de Fleetwood Mac con su mejor quinteto sobre el escenario (Mike Fleetwood, Lindsey Buckingham, Stevie Nicks, John McVie y Christine McVie), porque esta última se fue con Elvis Presley (salvo que los conspiranoicos tengan razón y con 90 años siga vivito y coleando, que no parece). No haré nada de todo eso, digo, pero a ver si al menos consigo que o bien se derribe o bien se reabra el quiosco de bebidas, que ahora mismo es un mamotreto feo, abandonado, ruinoso y atiborrado de pintadas. ¿Hasta cuándo? Pero yo les venía a hablar de mi libro y mi libro hoy se titula 'El misterio de la calle de las Barcas? ¿Que qué misterio es ese? Muy sencillo: siendo una vía céntrica, que conecta la plaza del Ayuntamiento con Pintor Sorolla, Poeta Querol y Pascual y Genís, presenta varios de sus bajos comerciales cerrados desde hace años. El lado de los pares está ocupado por el legendario hotel Reina Victoria -el último de los clásicos-, por el Banco de España y otras entidades financieras. Pero en el de los impares, el del teatro Principal, encontramos unos locales de restauración (que aparentemente funcionan bien, siempre con clientes), una finca que se está rehabilitando para lo que se anuncia como establecimiento hotelero y tres o cuatro negocios cerrados a cal y canto desde hace años. No es fácil hallar una explicación. Es tan inexplicable como los 'vacíos' de la calle Colón, entre Conde Salvatierra y Porta de la Mar. O los de esta plaza. O como la prolongada espera de un nuevo inquilino en el local donde estuvo la tienda del Valencia CF en la esquina con Marqués de Sotelo. En Barcas todavía puede verse un cartel de 'Hostal' en uno de sus balcones, más propio del Madrid de la posguerra que narra Cela en 'La colmena' que de una ciudad europea del siglo XXI. Pero en Valencia, a veces, pasan estas cosas. Que una calle concurrida, muy transitada por lugareños y foráneos, itinerario de la 'city' local (de lo que queda de ella) acumule bajos comerciales fuera de servicio y en espera de destino. Repregunto: ¿hasta cuándo?

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