Mazón: mañana es siempre tarde
Sobraron los aplausos y faltaron decisiones de calado, más allá del inevitable reconocimiento al 29-O como el Día de Recuerdo a las Víctimas de la Dana
Sobraron los aplausos al final de la «declaración institucional» del presidente Mazón. No era el día, estaban fuera de lugar. Sobraron los aplausos y faltó ... lo fundamental, lo que algunos ingenuos esperaban. Que no es anunciar que no será el candidato del PPCV en las próximas elecciones autonómicas sino que abandona la presidencia y o bien da paso a un sustituto/a o bien convoca elecciones. Una cosa es segura: en Madrid, en la calle Génova, está sentenciado. Ya lo estaba casi desde el principio pero el distanciamiento se ha agrandado a partir de las últimas versiones sobre lo que hizo o dejó de hacer en la tarde del 29 de octubre de 2024. La encuesta de GAD3 para LAS PROVINCIAS y ABC ha sido demoledora: hasta los propios votantes del PP piden su dimisión. Y el dato de que el bloque de derechas (PP y Vox) podría seguir conservando la mayoría en la Comunitat Valenciana, aunque con un trasvase de escaños de los populares a los voxistas, es fundamental para entender lo que está pasando y lo que puede suceder en los próximos días, semanas... ¿meses? Cuanto antes, mejor. Porque mañana será tarde. Mazón tiene perdida la batalla de la credibilidad. Haga lo que haga ya nadie, o casi nadie, confía en él. Pero la marca PP está a salvo, resiste. Y para Feijóo es fundamental conservar el granero valenciano de votos. Los populares basan su poderío en tres comunidades, tres de las cuatro más pobladas: Andalucía, Madrid y Valencia. Con un potencial que compensa el agujero negro de Cataluña. No es casual el empeño de la izquierda política, mediática, cultural y sindical en desgastar a Mazón y en culpar al PP, a todo el PP, de las 229 muertes de la dana. (Nada nuevo, por otra parte. Ya instrumentalizaron el accidente del metro e intentan hacer lo mismo con los muertos en las residencias madrileñas durante la pandemia). Valencia es una de las patas en las que se sustenta la mesa del PP. Cada día que Mazón aguanta, a la espera de un imposible renacimiento político, el daño reputacional para los populares crece y se consolida. La vida no siempre es justa. Mazón no es un asesino, un criminal, ni todas las barbaridades que está teniendo que escuchar y leer desde hace un año. Pero aquel día no estaba donde tenía que estar. No estuvo informado o si lo estuvo no prestó atención. Mal en un caso y fatal en el otro. No ha ofrecido una única versión de lo sucedido, ha ido cambiando de relato. Ha agotado cualquier posibilidad de continuar en el cargo y ya no puede ni salir a la calle. Lo que hay que hacer, cuanto antes sea, mejor. Porque mañana es siempre tarde.
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