Y el Gobierno se va de rositas
No se hicieron las obras de prevención previstas, la información fue deficiente y la respuesta, lamentable, pero han conseguido eludir su responsabilidad
No hace falta insistir mucho más en la responsabilidad política de Carlos Mazón. Podemos, eso sí, lamentar que reciba unos insultos pero, al mismo tiempo, ... tenemos que entender la rabia y la indignación de las familias de las víctimas. A falta de concretar qué día se escribe el capítulo final, esta parte de la historia ya está clara. Pero ¿y el resto? Quiero decir: la competencia sobre las emergencias recaía y recae sobre la Generalitat y por el retraso en enviar el mensaje de alerta tienen que responder en sede judicial la ex consellera Pradas y el ex secretario autonómico Argüeso. Pero la información recibida fue muy deficiente, y ahí entra en escena el papel de la Confederación Hidrográfica del Júcar, con un equipo mínimo el 29 de octubre de 2024 para hacer frente a la peor riada del siglo. Y la respuesta posterior fue lamentable. Tardía y escasa. El Gobierno debería haber asumido el mando de las operaciones y destinado todos los recursos a su alcance. Especialmente, las unidades de las Fuerzas Armadas que estaban operativas y que desde el día siguiente podían haber acudido a ayudar a los damnificados. Pero no con cuentagotas, como se hizo, sino con un despliegue en consonancia con la magnitud del desastre. Estos días se ha vuelto a recordar la inundación de Bilbao, en 1983, y la inmediata y eficaz respuesta del Ejército, con unos 10.000 efectivos. Eran otros tiempos, el Estado autonómico comenzaba a arrancar y el Gobierno central, responsable de los militares, podía actuar sin esperar a que el ejecutivo regional se lo pidiera. En ese sentido, el fracaso del modelo actual es más que evidente: las autonomías gestionan una materia sensible -las emergencias- pero no cuentan con medios para atenderla. Un sinsentido. La información fue deficiente, la respuesta, tardía y escasa. Y la prevención, sencillamente inexistente. No se ejecutaron las labores de encauzamiento de barrancos que estaban previstas, con el resultado de sobra conocido. Pese a todo ello, a Teresa Ribera la elevaron a comisaria europea. Marlaska y Margarita Robles siguen tranquilamente en sus puestos, en el consejo de ministros. Al contrario que Mazón, Pedro Sánchez no es apartado del encuentro con las víctimas ni escucha insultos. Y Pilar Bernabé aparece en todas las fotografías del funeral de Estado casi como si fuera una víctima más. En definitiva, como apunté el martes respecto a Eliseu Climent, son unos artistas. Manejan como nadie los medios, se apoderan del relato, manipulan como auténticos maestros. Y se van de rositas logrando que todos el foco se ponga sobre Mazón.
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