

Secciones
Servicios
Destacamos
En el informe 'La pobreza oculta de Valencia', de Patricia Cabezuelo y Álex Serrano, publicado en este periódico, hay un patrón común en los distintos ... parámetros analizados. En el litoral, en el distrito Marítimo, la tonalidad siempre es más oscura, indicando con ello que el porcentaje de vecinos que no pueden irse de vacaciones ni una semana al año o que les viene muy cuesta arriba encender la calefacción es más alto que en otras zonas de la ciudad. Sólo Rascanya y l'Olivereta compiten por este deshonroso farolillo rojo. El informe coincide con una nueva noticia sobre el creciente interés por las casas del Cabanyal, por las que ya se pagan, en las subastas, precios muy superiores a los de salida. ¿No es contradictorio lo uno con lo otro? Lo que es completamente absurdo es que los barrios más cercanos al puerto y a la playa estén entre los que concentran más familias con escasos recursos. De hecho, durante décadas Nazaret -que ahora ha vuelto a las páginas de Sucesos de los periódicos-, la Malvarrosa y el Grao reunían algunos de los focos de delincuencia y de problemas de desarraigo social más latentes de Valencia. ¿Por que digo que es absurdo? Para los turistas que vienen a Valencia hay varios elementos que destacan, que les llaman la atención. Uno es, por supuesto, el viejo cauce del Turia, un río reconvertido en un jardín que atraviesa el casco urbano de Oeste a Este; otro es la Ciudad de las Artes y las Ciencias, icono arquitectónico vanguardista; en tercer lugar (no necesariamente por este orden), algunos monumentos, especialmente el Mercado Central; y por último, las playas y la Marina. ¿Cómo es posible, entonces, que los barrios pegados a la fachada litoral estén entre los más pobres? Es posible porque las tendencias urbanas tardan mucho tiempo en ser modificadas. El Marítimo ha sido, durante gran parte del siglo XX, el hermano pobre de Valencia, el gran olvidado. La burguesía vivía en el centro o en Ensanche, luego dio el salto a Jaume Roig y Blasco Ibáñez, más tarde se fue a las urbanizaciones (Santa Bárbara, Campolivar, El Vedat, El Bosque, Alfinach...) y, por último, fijó su residencia en los nuevos polígonos de viviendas de Cortes Valencianas y de la avenida de Francia. Y en verano se iban a Jávea, Dénia y Moraira o, más cerca, a El Perelló, El Perellonet, El Mareny, Cullera... El Cabanyal, el Canyamelar, el Grao, la Malvarrosa o Nazaret eran para las clases humildes. Así ha sido y todavía hoy se refleja en una realidad social que se da de tortas con el creciente interés inmobiliario por una zona que está evolucionando. Veremos hacia dónde.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.