Días sin clase, días con escuela
Las alertas, por lluvia o calor, y el cierre de centros son una nueva realidad. La escuela debe dar respuesta estructural a esta circunstancia recurrente
PABLO ROVIRA, DELEGADO DEL PERIÓDICO MAGISTERIO EN LA COMUNITAT
Lunes, 27 de octubre 2025, 23:40
Igual que la pandemia dejó el respeto al contacto social, los niños de Valencia también temen al cielo cuando se encapota. Un año ya de ... aquel fatídico día 29 de octubre y las consecuencias de entonces todavía se arrastran, en el mejor de los casos, pues de los fallecidos solo queda llorarles y reclamar la verdad, si quieren justicia, de lo sucedido.
De lo anterior y sus víctimas hablamos estos días, si bien los periodistas no han dejado de hacerlo desde entonces, porque son profesionales y vecinos al mismo tiempo, y no olvidarán su responsabilidad de que no llegue el olvido.
También queda una consecuencia práctica que, sin ser lo notable de esta conmemoración, merece entretenernos porque de lo anterior, lo grave, ya hay mención y foco. Es, como les pasa a los niños, la nueva mirada hacia el cielo cuando ennegrece, y la nueva obediencia protocolizada a las alarmas meteorológicas.
Pocos dudan de la conveniencia de ligar las alertas al cierre de escuelas, como no se dudó de los protocolos en tiempo de desconfinamiento, lo que no quita que provoquen nuevas molestias. Las evidentes, la dificultad familiar para atender al niño que se queda en casa.
Sin embargo, sí hay un debate: la atención educativa sin asistencia escolar. Durante el confinamiento se hizo lo que pudo. La Administración desarrolló todo tipo de plataformas y aplicaciones para la enseñanza a distancia. El mercado también rico en soluciones tecnológicas. La modalidad se ha extendido en las etapas postobligatorias o en especialidades concretas.
En lo que llevamos de curso, algún centro de Valencia ya ha tenido que cerrar tres veces sus aulas por alerta meteorológica. Y si esto avanza, como se planteó el pasado verano, pronto llegarán días sin clase por calor. En el fondo, da igual la causa, pero sí la necesidad de que esta nueva realidad escolar se responda sin voluntarismos.
Al ser recurrente, no solo resta días lectivos a los alumnos, incluso por debajo del mínimo legal, sino que comprime la docencia y los currículos y evaluaciones se aceleran.
La alternativa a que no haya clase no puede ser perder la prudencia y dejar de mirar al cielo ni ignorar las advertencias de la Aemet. Tampoco parece consensuable alargar el final de curso según los días que se pierdan. Queda el debate de impartir las clases por Internet, que parece, a priori, una opción viable que daría una respuesta estructural, pese a que también conlleva sus dificultades. Hay que recordar que la suspensión de clases suele llegar con poca antelación. También que no todo el alumnado cuenta con los recursos para que esta modalidad sea equitativa, por lo que avanzar el currículo en línea acarrea un riesgo de exclusión digital. Y, en fin, hay quien lo hace y quien no lo hace, y ya han pasado cinco años del confinamiento. Si ya no se aplica, nada augura que se aplique a partir de ahora.
Me atrevo, pues, a proponer un parche menor, que no arregla lo anterior -conciliación, currículo online, etcétera-, pero al menos pretende dar sentido educativo a ese día en casa. Es contar con materiales digitales autoconclusivos sobre contenidos transversales previstos en los currículos o convenientes para el alumnado. Unos materiales, según edad, de autoaprendizaje que pudieran adjuntarse en la misma notificación que se informa, en la víspera, a las familias de que mañana no hay clase. Los elabore el centro, el municipio o la Conselleria. Que abordaran cuestiones como la salud mental (por ejemplo Sanidad acaba de desarrollar contenidos similares para el profesorado), técnicas de estudio, igualdad, competencias digitales y, en definitiva, muchas temáticas que no adelantan currículos, pero sí amplían conocimientos. Da igual que unos colegios usen seis días, y otros dos, sin generar desigualdades. En fin, que los días sin clase sean también días con escuela.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión