Borrar
Urgente El Cupón Diario de la ONCE del martes deja 500.000 euros a un único afortunado: comprobar resultados del sorteo de hoy

El fulgor de la belleza

Retratar hoy Gentilly es una manufactura mecánica de la industria del recuerdo

Viernes, 7 de marzo 2025, 00:20

Hay una manera de referirse a la realidad, y a lo que sucede, que no precisa de nombres propios, ni de negritas. No hay tregua. ... Queramos o no, el día a día, el color del cielo nos persigue, invariable, y solo hace falta apropiar en la mirada, la imagen que nos acompañará siempre. Es de esas lecciones que uno aprende de la fotografía. A mi me gusta muchísimo, y no hay otra técnica en la que sea tan difícil convertir un clic mecánico en una pieza única, una obra de arte. Cada uno de nosotros habrá hecho miles de fotografías, y puede que solo en alguna se pueda reflejar el fulgor de la belleza. He vuelto a ver en Filmin un documental sobre la vida de Robert Doisneau. Su casa, su estudio, y buena parte de su obra estuvo ligada a ese suburbio, en apariencia gris, de Gentilly. Las fotos de antaño son auténticas. Retratar hoy Gentilly es una manufactura mecánica de la industria del recuerdo. Ahora acoge la Maison de la photographie Robert Doisneau, un espacio único que conmemora el intenso amor que tuvo Doisneau por el territorio de la periferia de Paris. Como a mí me sucede, en mi territorio de la huerta, fueron a una la belleza y la pobreza. Hay frases tan poderosas que se ciernen sobre la realidad y se adhieren como una lapa a todo lo que haces, e intentas aplicarlas a cualquier ámbito. Es muy fácil retratar la belleza consolidada, la que ha conseguido ganar sus galones después de siglos de acreditada pulcritud. Lo difícil es conseguir lo otro, saber captar, como decía Doisneau, «la belleza inesperada del suburbio». Ese territorio maltrecho de fachadas degradadas, en el que saber captar el instante inesperado de humanidad, que solo un verdadero artista es capaz de identificar. Estoy convencido que ahora mismo en nuestra periferia, en lo que no son grandes avenidas, están intactas las casas, las ramblas y las personas, las casas con entrada de carro que esperan ese instante de belleza. También decía Doisneau que la juventud estaba asociada a la persecución implacable de los detalles, cuando por el contrario la madurez es la que proporciona el encuadre global, la perspectiva. Sus fotos evolucionaron en ese sentido. No es solo una aproximación artística. También se puede aplicar a casi todo: a la literatura, a la política, o a cualquier fórmula de ejercicio de la melancolía. Habrá una nueva generación que será grande si no se distrae con los detalles, y persevera en captar para el futuro «la belleza inesperada del suburbio». Entre alerta y alerta vuelvo a Ignacio Peyró: «Lo irónico es que no hacemos más que abrir locales que intentan parecerse a los que acaban de cerrar».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias El fulgor de la belleza