
Desde Valencia, con convicción: la UE cumple 75 años
MIGUEL VERDEGUER SEGARRA, PROF. DR. DERECHO Y ECONOMÍA DE LA UNIÓN EUROPEA (CEU SAN PABLO Y EDEM ESCUELA DE EMPRESARIOS)
Jueves, 8 de mayo 2025, 23:29
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MIGUEL VERDEGUER SEGARRA, PROF. DR. DERECHO Y ECONOMÍA DE LA UNIÓN EUROPEA (CEU SAN PABLO Y EDEM ESCUELA DE EMPRESARIOS)
Jueves, 8 de mayo 2025, 23:29
El Día de Europa 2025 se presenta como una oportunidad propicia para reflexionar sobre la trayectoria transformadora de la Unión Europea. Más allá de una ... conmemoración simbólica, este momento invita a reafirmar los principios fundacionales del proyecto europeo y a examinar su evolución en un contexto marcado por desafíos geopolíticos y socioeconómicos sin precedentes.
Hace setenta y cinco años, la Declaración Schuman esbozó una visión en la que las guerras entre naciones europeas no solo serían impensables, sino materialmente imposibles. Con el paso del tiempo, esa visión tomó forma en una Unión que hoy agrupa a 27 Estados miembros y más de 450 millones de ciudadanos. El proyecto europeo se ha consolidado como garante de paz, prosperidad y gobernanza democrática, ofreciendo un modelo de integración y cooperación frente a la fragmentación y el conflicto.
A lo largo de estas décadas, los líderes europeos han defendido con convicción la idea de una Europa como comunidad de valores, donde la dignidad humana, la libertad, la igualdad, el Estado de Derecho y la solidaridad constituyen pilares fundamentales que deben ser defendidos. Estos valores no son meros eslóganes: representan los cimientos del modelo europeo de gobernanza multinivel y siguen orientando las decisiones políticas en todos los ámbitos.
La situación geopolítica actual, en particular la guerra en Ucrania, pone de relieve la vigencia del compromiso de la Unión con la construcción de la Paz. La respuesta europea ha estado marcada por la solidaridad, el respaldo a la soberanía ucraniana y una firme defensa del Estado de Derecho y los derechos fundamentales. En este contexto, la neutralidad no es una opción; actuar con principios es una necesidad. Cabe recordar que la paz del viejo continente constituye la razón de ser de la Unión Europea. Sobre un objetivo de paz se sentaron las primeras piedras de las antiguas Comunidades Europeas.
Paralelamente, las evidentes disrupciones globales han evidenciado las dependencias estratégicas de la Unión Europea. Dependencias de las que la Unión adolece, no solamente en materia de seguridad y defensa a través del multilateralismo sobre el que opera por medio de la OTAN, sino también dependencias en sectores clave como la energía, los semiconductores o la infraestructura digital. El futuro exige combinar apertura con resiliencia. La apuesta por una "Autonomía Estratégica Abierta" no implica proteccionismo, sino una estrategia responsable para proteger los intereses europeos y reducir las vulnerabilidades externas. Un equilibrio entre la apertura al exterior y la capacidad por ser autosuficientes.
En el ámbito interno, la solidez del proyecto europeo también se ve puesta a prueba por el auge del populismo, alimentado tanto por la desinformación como por "la mala información". Estas amenazas erosionan la confianza en las instituciones democráticas y debilitan la cohesión del espacio público europeo. En las democracias, la opinión pública y la participación política conectan a sus ciudadanos con sus sistemas políticos. Si el marco institucional de la Unión logra materializar las preocupaciones sociales en políticas eficaces, la legitimidad del sistema se verá reforzada de forma inevitable. Una Unión eficaz no puede desligarse de una Unión comprensible, próxima y democráticamente reconocida.
Por ello, para preservar la valiosa legitimidad democrática de la Unión Europea hay que asegurar que haya información veraz al alcance del conjunto de la sociedad civil. De la misma forma en que los padres fundadores arrancaron el proceso de integración europeo, ahora más que nunca se requiere de nuestros representantes auténtica pasión por Europa y verdadero conocimiento de Europa. Resulta imperativo que se fomente el pensamiento crítico y la participación cívica, pero siempre desde el conocimiento.
Es cierto que la legitimidad del Parlamento Europeo viene formalmente dada por los Tratados. Pero no menos cierto es que su auténtica legitimidad dependerá, en última instancia, de la importancia real que la ciudadanía europea le vaya otorgando durante el transcurso de su décima legislatura. Y es que la ciudadanía de la UE quiere respuestas eficaces para abordar aquellos retos que superan las capacidades individuales de los distintos Estados miembros de los que son nacionales.
Con motivo de este aniversario histórico, resulta fundamental hacer presente a las nuevas generaciones que los derechos, las libertades y los demás beneficios de los que disfrutamos hoy son fruto de décadas de diálogo. De setenta y cinco años de trabajo compartido. Es, por tanto, deber de todas ellas protegerlos y profundizarlos.
El Día de Europa 2025 no es solo una celebración del pasado, sino también una reafirmación del compromiso con el futuro. Seamos pues europeístas, inconformistas. Sigamos construyendo Europa.
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