
San Miguel de los Reyes
El hermoso monasterio necesita un entorno ajardinado, y no el basurero actual, un jardín en el que predominen altos árboles de hoja perenne y frondosas copas
MERCEDES CASQUERO DE LA CRUZ
Jueves, 6 de febrero 2025, 00:03
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MERCEDES CASQUERO DE LA CRUZ
Jueves, 6 de febrero 2025, 00:03
Bien entrado el 'Camí de Murviedro' y dejando atrás el antiguo arrabal del barrio de Sagunto nos encontramos con una gran explanada en la que ... se erige una de las obras más relevantes de la arquitectura valenciana, el monasterio de San Miguel de los Reyes. Da la impresión de estar algo olvidado, rodeado de basuras y con alguna edificación anodina y de mal gusto en su proximidad. Antes de reivindicar el histórico y grandioso edificio es necesario recordar su historia. Fue primero una alquería musulmana llamada 'Rascanya', de ahí que el monasterio cisterciense que sobre ella se construyó fuera conocido como 'Sant Bernat de Rascanya'.
Cuentan las crónicas que en la penúltima década del siglo XIV mudéjares condenados construyeron los elementos básicos para albergar la vida monástica. Los restos de aquel antiguo convento hoy pueden contemplarse como restos consolidados en el patio norte del actual monasterio.
Las costumbres relajadas de aquellos monjes hicieron que el entonces Virrey de Valencia, Fernando de Aragón, Duque de Calabria, solicitara un informe que hizo llegar al Papa Pablo III, quien decidió, por la información recibida, declarar en 1544 la extinción de la Comunidad de San Bernardo instituyendo en su lugar la de San Jerónimo.
Fueron Doña Germana de Foix, viuda del Rey Fernando el Católico, después del Marques de Brandenburgo y luego de su tercer esposo, Fernando de Aragón, Duque de Calabria, los que ordenaron levantar en aquel lugar un monasterio bajo la advocación de San Miguel con el deseo de ambos esposos de ser enterrados en él.
Las obras comenzaron en 1546 y finalizaron en 1644 aunque hasta mediados del siglo XVIII continuarían realizándose .añadidos en todas sus estructuras. En 1578, monjes jerónimos valencianos, acudieron al Monasterio de El Escorial para tomar ideas de su claustro de los Evangelistas, ya finalizado, para levantar el suyo. El claustro de San Miguel de los Reyes es una de las obras mas relevantes de la arquitectura del Renacimiento en Valencia, con dos galerías superpuestas de siete arcos de medio punto en cada lado, de orden dórico en la inferior y jónico en la superior. En todo su conjunto el Monasterio de San Miguel de los Reyes recuerda el estilo y la sobriedad del herreriano Escorial.
En lo que actualmente se utiliza como salón de actos estuvo la magnífica biblioteca del Duque de Calabria, expoliada y quemada en parte por las tropas de Napoleón cuando utilizaron el Monasterio como cuartel de artillería. Durante un tiempo la biblioteca fue guardada y protegida por la Reina María de Aragón en el Palacio del Real.
Es de destacar la Iglesia, obra de Joan Cambra, cuya fachada responde al modelo de 'fachada retablo', siendo una de las primeras de este estilo en Valencia. Los tres Reyes Magos la presiden y dan nombre al monasterio (de los Reyes).
El monasterio, abandonado tras la desamortización, se salvó de la demolición por la providencial intervención del Ayuntamiento de Valencia. Hoy es sede de la Biblioteca Valenciana y del Registro de la Propiedad Intelectual.
Es sin duda una de las obras arquitectónicas más importantes y valiosas de Valencia, austero, armonioso, pura belleza en piedra. Todos sabemos que son muchas las necesidades que el Ayuntamiento de Valencia tiene y debe atender pero querría recordarle a nuestra Alcaldesa lo que Valencia fue en el siglo XV, nuestro Siglo de Oro, brillante, genial e irrepetible, siendo la Valencia de hoy la heredera de aquella Valencia. por su sangre debería seguir circulando la sensibilidad, el arte y la belleza con la colaboración, siempre inestimable, de la luz y la esencia mediterránea..
El hermoso monasterio necesita un entorno ajardinado, y no el basurero actual, un jardín en el que predominen altos árboles de hoja perenne y frondosas copas, con parterres de rosas entre ellos, en honor a quien fue la fundadora del monasterio, Doña Germana de Foix. Árboles que proporcionen sombra y constituyan un nuevo parque en una zona de Valencia que carece de ellos, animando a los valencianos, y a los turistas, a visitar parque y monumento. Sin duda el monasterio, por su historia y su belleza, puede ser un gran reclamo turístico. Debería controlarse la calidad arquitectónica de su entorno y urbanizar su acceso de manera original y novedosa para que el conjunto de monumento y parque esté en consonancia con la belleza del monumento y constituyan, jardín y monasterio, algo hermoso y digno. de la ciudad que en el siglo XV vivió su Siglo de Oro.
Por cierto, señora Alcaldesa: ¿dónde está el 'Tritón'? Sin él, la Glorieta es menos Glorieta, y Valencia, menos mediterránea.
*MÉDICO Y ESCRITORA
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