Vivienda: el timo del tocomocho
Mucha bolita y movimientos de manos, nada de nuevas viviendas
Dime de qué presumes y te diré de qué careces. La coloquialidad de nuestra lengua se adapta como un guante si hablamos de la crisis ... de la vivienda y el timo que nos han regalado los gobiernos progresistas de los últimos años, empezando por Zapatero, Pedro Sánchez, y continuando con Ribó y Puig, por centrarnos en lo nuestro. Hablar mucho, hacer bien poco. Tras los gobiernos de la Nau y el Botanic, el resultado arroja la friolera (es irónico) de 2.061 viviendas de protección pública construidas, incluyendo las 14 de Ribó. En ocho años.
Muchos proyectos, sloganes, convenios y anuncios de compromiso social con los más desfavorecidos -que siempre quedan muy bien-, pero con resultados ridículos. La izquierda, tan aficionada a trazar sus líneas estratégicas en base a ayudas, bonificaciones, pagas y subvenciones, ha sido incapaz de cumplir con sus propias promesas. ¿Hemos olvidado las 120.000 VPO por año que prometió Zapatero o la más reciente de julio de 2023, con un Sánchez que se comprometió a construir 43.000 viviendas de alquiler asequible con 6.000 millones en préstamos y avales, y que escenificó con todo boato acompañándose de cuatro ministros? Allí estaba, por cierto, la titular de Vivienda, Isabel Rodríguez, reprochada en su cometido hasta por un socio de gobierno.
Y mientras nos abruman con retórica rimbombante plagada de buenas intenciones, los ciudadanos seguimos asfixiados por un mercado inmobiliario de constante escalada de precios, sin que se vislumbre una solución en el corto plazo. Tal vez la reticencia tradicional del progresismo a la rebaja de la fiscalidad y a la colaboración público-privada sea lo que más daño está haciendo. De hecho, no se entiende tanto rechazo cuando las cifras dicen que los gobiernos que las practican obtienen resultados óptimos, movilizando suelo público para que promotores privados construyan viviendas a precio asequible. Con datos oficiales del Gobierno, a través del Observatorio de la Vivienda y el Suelo, Madrid lidera la construcción de vivienda protegida con 10.775 nuevos hogares en solo dos años, doblando a Cataluña en el mismo período.
Es el mismo par de ejercicios que han necesitado los equipos de Mazón y Catalá para superar lo que hicieron coaliciones de izquierda en ocho años. El Consell tiene en marcha 4.000 viviendas de protección pública y desde la concejalía que dirige Juan Giner ya están en desarrollo 307 viviendas, incluyendo un edificio de 90 pisos en Cuatre Carreres. Parece que, entre la ocurrencia de la ministra Trujillo con los mini pisos de 30 metros de 2014 y la línea telefónica 047 anunciada -y sin funcionar- por la titular de vivienda actual, la política de vivienda del PSOE durante dos lustros es como el timo del tocomocho: mucha bolita y movimientos de manos, pero nada de nuevas viviendas que escriturar.
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