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Carlos Mazón ha hecho lo que Pedro Sánchez no: aprobar unos presupuestos y debatirlos con la oposición... como debe ser. Resulta chocante que Compromís y ... el PSPV los llamen «los presupuestos del odio», cuando esa emoción es precisamente el leitmotiv de su estrategia política. Es poco edificante la ausencia de generosidad y talla política para anteponer la erosión del rival antes que mirar por el interés general de cinco millones de habitantes. Tan llamativo como que esta noticia, que debería celebrarse como una muestra de responsabilidad y capacidad de gestión en un momento crítico y de sumo desgaste para el president, pase de puntillas en el debate político y mediático. Afanados en aplicar sordina sobre el tanto que se anota el Consell, mientras el Gobierno de España sigue sin cuentas y sin cumplir con el dinero prometido a los valencianos tras la dana.
Siempre habla quien más debería callar. No deja de ser paradójico -y un clásico en el sanchismo- ese «donde dije digo, digo Diego» que se repite una y otra vez. Recordemos cuando Pedro Sánchez afirmaba que «si no hay presupuestos, lo mejor que puede hacer el presidente del Gobierno (a Rajoy) es convocar elecciones». Hoy, ese discurso se diluye tras acumular dos años sin presentar las cuentas públicas, impidiendo el necesario control que deben ejercer todos los grupos parlamentarios. Y de remate, Diana Morant, que hace siete meses aseguraba que «sin ningún tipo de duda» apoyaría los presupuestos de la reconstrucción tras la dana, hoy no solo se desdice, sino que los critica abiertamente, más interesada en erosionar a Mazón que en defender a los ciudadanos que dice proteger.
Pero por muchas declaraciones incendiarias, nada puede distraernos de la gravedad de la situación. La Generalitat, con un presupuesto de 32.291 millones de euros para 2025, incluye 2.364 millones para la reconstrucción tras la dana, pero carece del dinero prometido por el Gobierno de Sánchez. Lo peor: si no llegan los fondos, la Comunidad Valenciana entrará en colapso en julio. La Generalitat no tiene otra opción que endeudarse para no dejar de pagar hospitales, colegios, universidades, servicios sociales y nóminas de empleados públicos. ¿O es eso lo que propone la señora Morant para terminar de golpear a Mazón? ¿Dónde está su influencia sobre Sánchez en pro de los valencianos? La política no puede ser solo un juego de desgaste y titulares fáciles. Los ciudadanos esperan soluciones, no excusas. Y la diferencia entre hacer y no hacer es, al final, la que marca el futuro.
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