Diana Morant, una princesa destronada
Sin apoyos, sin iniciativa, sin ayuda, sin materia prima y sin 'coartada'
La agonía de Sánchez tiene una lectura valenciana, y Mazón lo sabe y la aprovecha, naturalmente. ¿Quién es Diana Morant? Por mucho director de comunicación ... que haya fichado -estupendo profesional, por cierto-, nadie puede remontar un partido perdido de antemano. Sin apoyos, sin iniciativa, sin ayuda, sin materia prima y sin 'coartada', así está la gandiense llamada a ser la alternativa a los gobiernos «fachas» del PP. Con padrinos, mentores y amigos acusados de corrupción, y las colegas pasándola de largo y arrebatándole un poder que se le suponía por ex electu imperatoris de Sánchez. Si no fuera por los 82.000 euros de sueldo de ministra, sería como para irse a casa.
Hoy por hoy, la líder del PSPV no puede exhibir ninguna medalla. Ni como gestora, ni como alternativa. Todos somos hijos de nuestro pasado, ella también, y ante lapsus repentinos de memoria, no hay nada como echar mano de la hemeroteca. Seis años de alcaldesa y dejó a Gandia como uno de los ayuntamientos más endeudados de España, superando a ciudades como Valencia, Murcia y Sevilla. Más de 3.000 euros de deuda per cápita para sus escasos 80.000 habitantes y, de premio, la cartera ministerial de Ciencia. Se desconoce gracias a quién (a Puig no parece), y, sobre todo, a qué méritos responde su ascenso.
Morant suena a experimento fallido, a bona xiqueta del partido sin más recorrido que ser una bien mandada. Una figura que se asfixia como pez fuera del agua, y que ni lidera ni arrastra. Se avergüenza de sus padrinos como Ábalos -su número dos- y del mismo Cerdán -que hoy duerme en Soto del Real-, y que le hizo de fontanero con Soler y Bielsa para conseguir la presidencia del PSPV. Hoy les llama «los golfos». Ver para creer. Y todo sin contar con un Sánchez cada día más cercado por su propio desgaste. En lo práctico, su balance es tan estéril como el de Arcadi España o Rebeca Torró: ninguno ha conseguido traer un solo euro a la Comunitat, y ninguno ha movido un dedo para que el presidente desbloquee el FLA que necesitamos con urgencia. El «si quieren ayuda, que la pidan» también iba por ella. Y por ellos. Ocho meses viviendo del «Mazón dimisión» y sin nada más que aportar. Igual, viendo que los periodistas de Moncloa tienen más influencia que ella, reacciona, pero no lo parece. Morant está amortizada, simplemente por incapaz y alguien se lo tiene que decir. Lo suyo es un caso palmario de anticomunicación: fría, antipática, hierática, impostada y recordando a una institutriz germánica.Eso si, dejará de ser una anécdota dejando bien colocados al clan de Gandia. Imposible mejorar la marca.
En lo práctico su balance es tan estéril como el de Arcadi España o Rebeca Torró
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