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Arsénico por diversión

Los mundos de Trump

María José Pou

Valencia

Jueves, 17 de julio 2025, 23:27

Siempre hemos calificado a la izquierda de «adanista» porque algunos se creen llamados a inventar la realidad. En su relato, nada existía antes de su ... llegada a este mundo y, tras ellos, la vida, por fin, era mucho mejor. La derecha, sin embargo, no suele tropezar con ese complejo de Sumo Hacedor, aunque no por eso algunos dejen de pensar que, sin ellos, el mundo se encamina hacia el abismo. Ahora bien, hay que admitir que con Donald Trump ha cambiado hasta eso. El presidente norteamericano es el Adán más conservador del panorama político actual. Cree firmemente que tiene una misión que cumplir, reafirmada con la salvación que experimentó, a su juicio, por mediación divina tras apenas rozarle la oreja una bala destinada a incrustarse en su cabeza decolorada. Quizás por eso ahora, a diferencia de su primer mandato, está desaforado reinventánndolo todo. Lo hizo, por ejemplo, con el Golfo de México al que cambió de nombre, consiguiendo que sus ribereños, según me cuentan, hayan suprimido el «café americano» de sus cafeterías y lo hayan sustituido por uno idéntico llamado «café mexicano».

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