Borrar
Arsénico por diversión

Máquinas de lujo

María José Pou

Valencia

Martes, 29 de julio 2025, 23:29

Entiendo que haya gente que se agobie mientras le hacen una resonancia magnética. Estar dentro de esa enorme máquina sin poder moverse puede ser angustioso ... y, para algunos, insufrible. Pero a mí, con lo fresquita que estaba, tumbada y sin nada que hacer más que obedecer a la voz en off cuando me pedía tomar aire, tirar el aire y no respirar, me entró modorra. Si no hubiera sido por la voz metálica, habría podido echarme una siesta tan ricamente. Por eso, cuando me dijeron «ya está» estuve a punto de pedir cinco minutos más. De hecho, les pregunté, con cierta esperanza: «¿pero ya me han hecho las dos?». Y, sí, las dos resonancias estaban terminadas. Tocaba irse.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Máquinas de lujo