Gatopardo Sánchez
Los cambios en el PSOE apuntan a una operación cosmética
El PSOE intenta vender las últimas decisiones como si fueran un cambio sustancial en el partido. El cambio que están pidiendo tanto los militantes concienciados ... como los grupos de apoyo al gobierno. Lo más significativo es que entra Rebeca Torró para un puesto 'maldito'. Digo 'maldito' porque las dos últimas personas que lo ocuparon están siendo investigadas por corrupción.
Miedo da situarse ahí y, sobre todo, enfrentarse a todo un engranaje acostumbrado a esas malas prácticas. Porque, en ocasiones, lo peor no es una manzana podrida como pretenden hacernos creer desde el PSOE. Los tres sinvergüenzas corruptos, el trío de pícaros aprovechándose del partido. Una manzana no permanece podrida en un cesto con otras sin que las demás se den cuenta. Sobre todo, cuando a una de ellas ya la han finiquitado por la misma razón. Si dieron pasaporte a Ábalos, ¿nadie pensó que hacía falta más vigilancia en ese puesto para impedir que volviera a suceder?
Lo mismo debería estar pensando Torró. Un partido realmente honesto y preocupado por si se les ha colado una trama corrupta, lo menos que puede hacer es poner bajo vigilancia a la nueva encargada. Sin embargo, el mensaje no es ése, sino el mismo que con el cambio de Ábalos a Cerdán: una persona nueva es suficiente para terminar con el problema. Solo que en aquel momento no hubo las explicaciones que nos dan ahora para justificar la sustitución.
En cualquier caso todo apunta a una operación cosmética. Un comportamiento 'gatopardista' de Sánchez, uno más. Cambiar para que nada cambie. En su caso, cambiar a quien sea con tal de que no le toquen a él, con la peculiaridad de que este último episodio ya le está apuntando directamente. Por eso resulta inquietante para Rebeca Torró por muy buena gestión e imagen que lleve desde Valencia. Se va a un pozo negro cuya profundidad dicen los responsables que no saben hasta dónde llega. Suponiendo que no mientan, el papel es malo para la nueva secretaria de organización pues supone en primer lugar investigar el agujero negro y, en segundo lugar, limpiarlo. Si, como parece, es una trama extendida no solo en Ferraz sino en algunas delegaciones territoriales, no parece creíble que ella sola pueda combatirla. Y poco importa que sea una mujer, como presumen algunas de las ministras. Se nota tanto el intento de contrarrestar el deje machirulo de los audios de Koldo que no sirve para convencer a nadie. Mientras Elma Saiz se alegra de que haya una mujer al frente, Ábalos revela que Calvo consideraba a Sánchez mujerista, no feminista. Nada cambia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.