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Arsénico por diversión

Entradas agotadas

El fenómeno no se circunscribe solo a la música sino a cualquier evento

María José Pou

Valencia

Domingo, 2 de noviembre 2025, 00:02

Cuentan que el grupo musical 'La Oreja de Van Gogh' tuvo que programar otro concierto que se sumara al previsto, con motivo de su regreso ... a los escenarios, porque se agotaron las entradas en cuanto se pusieron a la venta. No es la primera vez. Cuando el Roig Arena anuncia un nuevo artista, la noticia corre como la pólvora y los aficionados colapsan en minutos la web oficial para conseguir alguna entrada. Lo que antes suponía hacer cola durante varias noches para ser la primera en la taquilla, ahora es entrenar los dedos en el teclado para comprarla por Internet. Ocurrió con Sabina, ha ocurrido con La Fúmiga, que también se vio obligada a duplicar despedida, y ocurrirá en cuanto se puedan adquirir entradas para Aitana o Rosalía. Es la tónica habitual de los grandes conciertos y en general de aquellos eventos que se producen en directo y, a menudo, en una sola convocatoria.

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En parte entra en juego el factor artista que puede arrastrar a medio planeta como pasa con Taylor Swift, pero también a esa sensación de querer estar ahí, que se nos contagia a todos. Es el llamado 'FOMO', el miedo a perderse lo que otros están viviendo. A esas ansias se une el exhibicionismo del 'selfie' que parece indisolublemente unido a lo anterior. No solo tenemos ansiedad por estar en el lugar de moda sino también necesidad de mostrarlo a todo el mundo. Diríase que en ocasiones la razón por la que queremos ser partícipes de ese acontecimiento es poderlo contar.

Lo curioso es que el fenómeno no se circunscribe solo a la música sino a cualquier evento. He visto a gente desarrollar los mismos comportamientos de quienes no conciben la vida sin ir a ver el concierto de Rosalía para una atracción de feria o una experiencia inmersiva. El único condicionante es que el evento sea único o especial. Hasta un atardecer en la Albufera. Lo importante es decir: «Yo estuve allí y tengo la prueba». Los 'selfies' con fondo conocido son las compostelanas de las redes sociales que confirman cada paso dado por el peregrino de la vida social.

Y hablando de peregrinos, otro de los eventos saturados es el propio Jubileo en Roma. Para quien está decidido a ganarlo, conviene que lo tramite con tiempo o a través de una parroquia o grupo religioso. De lo contrario puede encontrarse con un 'sold out' para pasar por la Puerta Santa. Hasta en eso hay overbooking, como si fuera la cumbre del Everest. Por ejemplo, en la semana que termina, San Pedro estaba ya fuera de juego. Imposible pasar por la Puerta Santa. A este paso, hasta el Papa tendrá que duplicar Jubileos.

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