El abrazo de todos
Lo único que hay detrás es dolor. Lo dice Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación Víctimas Mortales de la Dana 29O. Contesta así a quienes ... les acusan de tener detrás a partidos de oposición a Mazón, sobre todo, PSPV y Compromís. Y lamenta tantos mensajes en las redes sociales que, insensibles a lo que llevan sufriendo desde hace un año, creen que pueden tratar lo suyo como si de un meme de 'chistorras' se tratara. Es lo que tienen los entornos virtuales llenos de anonimato y convertidos en campo de batalla, que todo se pone al mismo nivel y sirve de munición contra el oponente. Aunque sea el corazón hecho trizas de personas ajenas al mundo político que, de la tarde a la noche, se convirtieron en protagonistas, muy a su pesar, cuando perdieron a un familiar o varios en las inundaciones del año pasado. Al drama de la pérdida se ha unido durante meses el de la utilización política de algunos que -esos sí- no respetan nada con tal de obtener votos o restárselos al contrario.
Las víctimas no hacen política y, si alguna lo pretende, en el pecado lleva la penitencia. Quienes hacen política son otros a su costa. Otros que, ya en ocasiones anteriores, tomaron la tragedia y la exprimieron como un limón. Ellas tienen bastante con remontar el tsunami que les arrasó vital y emocionalmente el 29 de octubre. Tienen bastante con lidiar con todo, como para pensar en estrategias políticas. Por encima de todas las polémicas, lo único cierto es el dolor. En eso no hay duda. Puede haberlas en el análisis de lo sucedido y las actuaciones de los responsables; puede haberlas en la decisión de acudir o no al funeral de Estado por parte del president de la Generalitat; puede haberlas sobre la oportunidad de las protestas o de hacerle un feo a este o a aquel. Pero donde la certeza es incuestionable es en el dolor de las víctimas y de sus familias.
Por eso, todos los valencianos y cualquier persona con sensibilidad quisiéramos estar en el Museo Príncipe Felipe en la tarde del 29 para darles un abrazo, para ponernos a su disposición, para preguntarles ¿cómo estás y qué necesitas? Y también para elevar una oración por aquellos que se fueron. Pero no cabemos todos ni podemos agotarles con tanto abrazo. Para ello, confiamos en quien nos representa. Y ése debería ser el presidente de los valencianos. No va a título particular sino en nuestro nombre. Como los reyes. Como el presidente del gobierno. Como los alcaldes. Llevan nuestro abrazo. El de toda España. Solo así se entiende su asistencia. Aunque humanamente resulte duro para todos.
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