Graciñas
Se me habrá pasado. Con tantas intervenciones que hace Yolanda Díaz al cabo del tiempo, seguro que se me han pasado todas las veces en ... que la ministra de Trabajo ha mostrado preocupación por la situación laboral de los bomberos. Eso explicaría por qué ha permanecido en silencio durante el episodio incendiario vivido en nuestro país. Sus desvelos por ese colectivo no necesitaban reiterarse mientras los profesionales se dejaban la piel para combatir el fuego. Sin embargo, no recuerdo ninguna advertencia al respecto por su parte, ni alerta ministerial alguna. Solo la decisión del Consejo de Ministros -justo en esta semana, qué curiosa coincidencia- de aprobar un nuevo convenio para los bomberos forestales. Más vale oportuno que nunca.
Con el detalle de que lo aprobado no implica a los bomberos autonómicos o municipales, que dependen de las administraciones locales. Ahí Yolanda Díaz amaneció. Justo a tiempo para la manifestación contra el PP. No digo que no falten razones para pedir más medios, coordinación y protección a los ciudadanos por parte de las instituciones. Sin duda, es preocupante que estemos viendo a los vecinos de algunas aldeas gallegas resolviendo el problema sin ayuda y lo contemos como una heroicidad. Es cierto que fue heroico, pero también un riesgo enorme que podía haber acabado en tragedia. Para los apagafuegos improvisados y para quienes hubieran tenido que meterse entre llamas para rescatarlos. Esas personas, como los damnificados de Valencia, tienen motivos de sobra para exigir más, para pedir explicaciones y para quejarse. Lo curioso son los líderes que solo se suman cuando ven que la 'narrativa' les puede beneficiar electoralmente. Ejercer de gallega implica mucho más que meter un 'graciñas' en la conversación. Es atender a los gallegos; también a quienes votan al PP.
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