El curriculum
Si mienten en eso, ¡qué no disfrazarán o retorcerán!
La mayoría de los ciudadanos estamos más que acostumbrados a avalar todos nuestros méritos con papeles. Para la declaración de la renta; para darse de ... alta del gas; para pedir una beca; inscribirse en el paro; pedir la dependencia y hasta para casarse. Siempre se necesitan documentos que demuestren los ingresos, la falta de ellos, la vivienda, la discapacidad o la soltería. El Estado, por definición, es malpensado y obliga a demostrar que se cumplen las condiciones para las que se solicita lo que sea. Aunque sea él quien paga el sueldo, quien lo retiene, quien lo aumenta o quien lo recalcula: siempre pide justificantes de cosas de las que se encarga él mismo.
Quizás, por eso, en cuanto encontramos la forma de colar una mentirijilla, la aprovechamos. Se dice que las folklóricas mienten en su fecha de nacimiento; los hombres, en sus éxitos sexuales y los 'instagramers', en su felicidad cotidiana. No será para tanto, pero reconozco que me sigue sorprendiendo que alguien exagere o hinche su perfil, su trayectoria o su curriculum. Salvo por tonto pavoneo, no entiendo esa resistencia a asumir la propia vida. Más aún cuando se trata de nuestros políticos.
En un momento en el que celebramos la conquista del Parlamento por parte de los 'desharrapados' frente a la 'casta', con la entrada de Podemos y la normalización de sus vaqueros, coletas y rastas entre sus señorías, parece más inoportuno que nunca que presuman de haber estudiado en Eton. Ya con algunos ministros de González, como Corcuera, o de Sánchez, como Iceta, nos acostumbramos a que un fontanero (de verdad, no como Leire) pisara la moqueta de un ministerio o mejor aún, que un personaje sin estudios llegara a ser embajador en la UNESCO, la organización de las Naciones Unidas para la Cultura y la Educación. Después de eso, ¿por qué sus señorías se sienten obligadas a presumir de títulos universitarios que no tienen? ¿De qué se acomplejan? Esos que se avergüenzan ¿son los mismos que presumen del incremento de la FP en España?
En estos últimos días, gobierno y oposición se han afeado mutuamente las mentiras convirtiendo el curriculum en arma arrojadiza. La enésima. Pero para los ciudadanos lo inquietante es saber que, si mienten en eso, que no cambia nada ni pone en jaque su elección como diputados o ministros, ¡qué no disfrazarán o retorcerán sobre cosas con las que sí se están jugando los puestos, sueldos y prebendas! A mí, a estas alturas, no solo me preocupa la falsedad, sino que aún crean que necesitan parecer listos para que les votemos o creamos en ellos.
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