Mitología cenital

Todo es posible gracias a espejos y estrategia de colocación; Así podemos conocer la escenificación, en el Siglo de las Luces, del mundo de los marques y el simbolismo de los cuatro continentes descubiertos hasta entonces.

Mirando a lo alto, de un fingido cielo a otro, Elvira Mas nos conduce a la escena del rey Don Jaime entregando nuestra ciudad y su potencial agrícola y artístico a la Cristiandad.

A la vez que se atraviesan salones tapizados y con mobiliario decimonónico, Elvira Mas documenta sobre la imaginación poética del ser humano en el pasado, en como eran quienes amaban para una eternidad, en como los seres podían convertirse en árboles de hoja eterna o el cariño en una flor.

Por supuesto, Dante y Beatriz se miran con pasión y María de Nápoles busca la sonrisa de Bocaccio; no falta ninguno de los amantes que la literatura del Renacimiento nos impregnó, para ignorar la gris existencia a la que nacemos condenados.

Contemplando celajes, columnas de mármol y pequeños niños con alas, la imaginación puede engrandecer la locura cenital del palacio del marqués de Dos Aguas.