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Otra pandemia recorre el planeta

Nuestro mejor escudo contra la desinformación es un periodismo de calidad y una audiencia crítica y bien informada

LUCÍA CASANUEVA, SOCIA DIRECTORA DE PROA COMUNICACIÓN

Miércoles, 28 de febrero 2024, 00:06

Nadie esperaba esa noticia que conmocionó a todo el mundo: los líderes mundiales en el Foro de Davos este año habían decidido reemplazar todas las monedas y billetes por monedas de chocolate como solución definitiva a la inflación global. «¡El cacao como nueva divisa mundial!», exclamaban los titulares.

El cacao ya era utilizado como moneda de pago por los aztecas. En la sociedad azteca, los granos de cacao no solo eran altamente valorados por sus propiedades para hacer chocolate, sino que también servían como una forma de moneda para comerciar. Los mayas también valoraban el cacao, principalmente por sus propiedades como bebida y por su uso en rituales, pero fueron los aztecas quienes lo institucionalizaron como forma de moneda. Chocolateras de todo el mundo vieron dispararse sus acciones, y ciudadanos de a pie comenzaron a acumular barras de chocolate como si fueran lingotes de oro.

Por supuesto, es una fake news, pero por un momento este episodio nos recuerda el poder de la desinformación para alterar la realidad, provocar reacciones inesperadas y, en ocasiones, hasta hilarantes. Sin embargo, detrás de la risa yace una verdad más sombría: la facilidad con la que podemos ser manipulados.

En un mundo donde el siguiente titular viral podría estar a solo un clic de distancia, la responsabilidad de verificar la información antes de compartirla nunca ha sido más crítica. Nos recuerda, con un guiño y una sonrisa, que en la era de la información, nuestro mejor escudo contra la desinformación es un periodismo de calidad y una audiencia crítica y bien informada.

Esta anécdota, además de ser divertida y llamativa, refuerza la idea de que, aunque la desinformación puede tomar formas absurdas, el impacto que tiene en la sociedad es real y serio. Y nos recuerda los efectos de las noticias espurias. ¿La economía? ¿Los riesgos de la inteligencia artificial? ¿El cambio climático? ¿Cuál fue el principal tema de debate en el Foro económico y político más importante del mundo, el Foro de Davos? El asunto más importante de Davos 2024 ha sido la amenaza de la desinformación, y en un año con tantas y tan importantes citas electorales en el mundo ha sido especialmente destacado. La salud global de la Democracia se debilita ante un riesgo como este y se le considera, junto con el calentamiento global, la mayor amenaza del planeta.

Las noticias falsas son tan viejas como nuestra civilización. Recordemos la explosión del Maine y el trabajo de «desinformación» de William Randolph Hearst que desencadenó en la guerra de Cuba en 1.898. Un ejemplo actual es el Brexit, donde la desinformación jugó un papel crítico en moldear opiniones públicas y decisiones de votación, mostrando cómo las fake news pueden alterar el curso de eventos históricos significativos. Asimismo, la injerencia de Rusia en los asuntos europeos, mediante campañas de desinformación, subraya una estrategia geopolítica destinada a debilitar nuestras democracias. Es sintomático que el primero en acuñar el término «desinformación» fue el Diccionario de la Lengua Rusa en su edición de 1949.

Ante la amenaza de la desinformación es necesaria la buena comunicación que se ha convertido en un activo estratégico para las compañías. Hoy lo que se comunica necesita hacerse muy bien, como un nuevo espacio de competencia, y quien lo hace bien, gana. Es difícil imaginar un proyecto que tenga éxito sin haber hecho un uso inteligente de la comunicación. Vivimos en una sociedad con una ciudadanía empoderada, exigente, con grandes capacidades de conexión y de generación de corrientes de opinión que marcan las decisiones políticas y de los líderes empresariales y sociales. El reto es dar respuesta a todas esas necesidades que se plantean en un entorno de alta incertidumbre y muchos cambios. La comunicación es una herramienta esencial para que todo esto transcurra de la mejor manera posible.

Nos ha tocado vivir en el aturdimiento y en el contrasentido. El ruido incesante en las redes y el guasap que nos atonta, las fake news, navegan sin consecuencias; el relato se antepone a los hechos. Con este panorama los ciudadanos nos volvemos cada vez más desconfiados y las democracias se debilitan.

Una pandemia recorre el mundo: las fake news. La vacuna frente a este virus que destruye las democracias y la libertad es el periodismo de calidad. Por eso necesitamos fuentes fiables de información, por eso necesitamos medios de comunicación creíbles y serios, por eso necesitamos periódicos como este.

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