El momento en el que se jodió el Perú
JUANJO BRAULIO
Sábado, 7 de junio 2025, 23:49
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JUANJO BRAULIO
Sábado, 7 de junio 2025, 23:49
Desde la puerta de 'La Crónica' Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la ... neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú?». Así empieza 'Conversación en La Catedral' uno de los cuatro ases del póker con el que Mario Vargas Llosa le ganó la partida a la inmortalidad junto a 'La casa verde', 'La guerra del fin del mundo' y 'La fiesta del chivo'.
La pregunta que se hace a sí mismo Santiago Zavala nace de su desconcierto al verse incapaz de entender la realidad de su país en medio del Ochenio, es decir, la dictadura del general Manuel Odría entre 1948 y 1956. Conforme se desarrolla la novela, Zavalita -que así le llama el otro personaje principal, el negro Ambrosio, en sus charlas en el bar 'La Catedral'- va cayendo en la depresión al contemplar como la maquinaria de corrupción que genera la dictadura y la desidia e incompetencia de sus dirigentes, en realidad, no provocan reacción alguna en una ciudadanía adormecida que acepta, cada vez con más normalidad e incluso indiferencia, las tropelías de un gobierno inmoral que toma a los ciudadanos, por parafrasear al alcalde de Madrid respecto a la astracanada de Leire Díaz, «por gilipollas».
Aunque no lo crean, la tal Leire no es un fenómeno tan singular como parece, aunque el nivel de cutrez, capacidad para el embuste y estulticia de esta señora sea sobresaliente. A lo largo de los años servidor de ustedes ha conocido a unas cuantas leires y leiros, fontaneros que, en ocasiones llegan lejos y muy alto, especialmente en los partidos de izquierda. Es allí donde la falta de formación y/o trayectoria profesional acreditada más allá de la propia actividad política no suele ser un obstáculo para hacer una buena carrera. Y si no, que se lo digan a la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, cuya experiencia en el Movimiento Scout, así como sus estudios inacabados de Filología, debieron ser de gran utilidad en el Cecopi la tarde de las riadas.
Leire Díaz es el epítome de que el PSOE está tan jodido como el Perú de Zavalita. Y no escribo esto con gusto, sino todo lo contrario porque soy de los ilusos que creen que las democracias sanas y fuertes se cimentan, en realidad, en la alternancia entre las opciones socialdemócrata y liberal-conservadora fuertes y sensatas como ocurre en el Reino Unido. Cuando esas dos opciones se debilitan florecen las belarras, baldovíes, alvises y puigdemones y viene el llanto y rechinar de dientes.
Entonces ¿cuándo se jodió el PSOE? Pues, si me lo permiten, yo diría que se jodió un sábado, 1 de octubre de 2016, cuando Pedro Sánchez intentó un pucherazo en aquel bochorno de Comité Federal que acabó con su destitución seguida del periplo en el Peugeot 407 con Ábalos, Santos Cerdán y Koldo. Y el resto de la historia es conocido y, como las mejores historias de Vargas Llosa, es circular: con el bochorno del pucherazo inició Sánchez su ascenso y con el bochorno de Leire precipita su descenso. La duda es si lo hará solo o arrastrará con él a todo el PSOE.
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