Diario de un paseante

Te llaman por tu nombre

Jorge Alacid

Valencia

Miércoles, 28 de mayo 2025, 23:05

El viajero que llegue a Boston, deambule por la hermosa ciudad, tan patricia como inspiradora, muy americana y muy europea a la vez, debe detenerse ... en un tramo del coqueto barrio de Beacon Hill: ahí, en el patio inglés de una esbelta finca, se aloja el bar rotulado 'Cheers'. Mejor dicho, su trasunto, el hermano real del nacido para la ficción televisiva, que acaba de acusar una baja. La del personaje llamado Norman Petterson, al que saludaban por su nombre de pila el resto de parroquianos, camareros y demás náufragos de la vida que habían encallado alrededor de su barra inmortal. Cierro los ojos y los veo. Los abro y los vuelvo a cerrar y me recuerdo parado ante la puerta del garito, con el inolvidable cartel iluminando la escalerilla y el grito coral de «Nooooorm» a punto de estallar para recibir al cliente fiel y al menos conspicuo. Un bar como hubo tantos: los bares donde te llamaban por tu nombre.

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Se atribuye al actor Antonio Gamero, uno de esos secundarios de lujo del cine español, la frase según la cual «como fuera de casa, en ningún sitio». Y yo añado: sobre todo si ese sitio es un bar; según la RAE; «establecimiento en que se sirven bebidas y frecuentemente aperitivos o raciones de comida, que pueden tomarse ante el mostrador o en mesas». Sinónimo de café (ah, la Europa de los cafés, equivalente a un cierta idea cabal de civilización), cafetería, taberna, tasca, snack-bar (muy setentero), pub (y su hermano pequeño, el discopub o su primo, el discobar, tan años 80), cervecería, mesón, ambigú, cantina, bodega, chiringuito, el chigre asturiano o la granja barcelonesa. El bar de la esquina, esa institución tan española, o el bar de abajo: como si en cada esquina o cada bajo de cada casa hubiera uno (suele ser frecuente). El bar de pueblo, el bar de barrio o el bar de carretera. Y el minibar, que tanto alivio procura en las largas noches de hotel. Todos guardan duelo por Norm. Y todos estamos de luto por otro adiós: el de los bares donde te llamaban por tu nombre.

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