Tras la dimisión, la estabilidad
La comparecencia de Carlos Mazón ha rezumado sinceridad desde el plano personal. Ha asumido errores y ha puesto en evidencia la actuación del Gobierno central. ... Lo ha hecho con contundencia: asimilando que debería haber estado en Utiel, haber suspendido la agenda del día, haber pedido la emergencia nacional como le aconsejó Feijóo y haber frenado todo tipo de especulaciones.
Errores que el presidente admite, eso sí, demasiado tarde. Hacerlo antes hubiese evitado meses de desgate político pero también personal. «Ya no puedo más», ha sentenciado, al tiempo que lanzaba el dardo más letal hacia Pedro Sánchez: «Espero que ahora puedan distinguir entre un hombre que se ha equivocado y una mala persona».
El periplo de Mazón al frente del Consell acaba. Tras él, la gobernabilidad de la Comunitat inicia una senda incierta en la que Vox vuelve a tener mucho que decir. En plena reconstrucción, si descartan un lógico adelanto electoral, la estabilidad debe ser lo primero. Una urgencia. De un sorbo y sin azucarillo.
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