La prioridad está en la calle
Los días transcurren informativamente en un carrusel de ir y venir acontecimientos. Algunos son estremecedores. Otros inquietantes. Los hay también telúricos. A Pedro Sánchez le ... ha dado ahora por señalar a las universidades privadas, en las que él mismo estudió; a Donald Trump, por glorificarse marcando en el calendario el día grande de los aranceles, a lo gran emperador; al rey Juan Carlos, por anunciar una querella contra Miguel Ángel Revilla, por injurias... Y en medio de todo ello, la realidad que viaja en un autobús: un grupo de jóvenes a los que su bonoviaje gratuito ha dejado de serlo de imprevisto; la realidad abordo de otros tres cayucos que llegan a Canarias, con 223 inmigrantes, varios menores, o la realidad contanda por otra de las víctimas de la dana ante la jueza de Catarroja: «Hablé con mi madre... A mi padre se le oía muy nervioso por detrás. Colgué. Ya nunca volví a escucharles». La vida real está en la calle. En su gente. Y en ella, deberían estar nuestras prioridades. De un sorbo y sin azucarillo.
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