LA EXPERIENCIA ESTÉTICA DE CAMINAR
La apuesta del festival Open House Valencia por las Rutas urbanas permite al transeúnte conocer, disfrutar y decodificar los polisémicos mapas emocionales y simbólicos de la capital
JAVIER DOMÍNGUEZ RODRIGOARQUITECTO
Viernes, 13 de junio 2025, 23:29
Si la arquitectura es mucho más que una experiencia estética, expuesta a la caprichosa tiranía de las modas, la ciudad -'polis', 'civitas', 'town', 'madïna'...- es ... una de las estructuras organizativas, de convivencia, producción, intercambio, defensa y progreso más relevantes de la civilización occidental.
Es responsabilidad de todos contribuir a mejorar la calidad de vida de los habitantes, preservar la memoria antropológica y salvaguardar la inmensa diversidad de arquetipos de los asentamientos humanos. Porque la ciudad -antigua, islámica, medieval, renacentista, barroca, industrial...- constituye un preciado archivo histórico.
Durante siglos es objeto incansable de estudio por parte de geógrafos, militares, científicos, historiadores, filósofos, cineastas, sociólogos y artistas que, tratando de descifrar los orígenes, evolución, cambios y múltiples significados de la metrópoli moderna, dibujan una realidad poliédrica y compleja.
El urbanista danés Jan Ghel defiende «el derecho a caminar» y «la humanización del espacio público»
Si la literatura de culto de Julio Cortázar está sólidamente ligada al realismo mágico de los espacios míticos de Buenos Aires, cuna de esa danza sensual y nostálgica que es el tango, el filósofo Walter Benjamin analizando el París de finales del XIX anima a escrutar su subconsciente e Italo Calvino -'Le città invisibili'- evoca la idea atemporal, escondida y semántica de la ciudad. En la villa y corte Antonio López, referente del hiperrealismo y autor del óleo 'Madrid visto desde Torres Blancas', trabajo magistral de Sáenz de Oiza, brinda una visión intimista del contexto urbano que anticipa «la ciudad fantasma» del confinamiento con los españoles mirando desde su ventana las calles desiertas.
Al maestro francosuizo Le Corbusier se debe la noción, prestada del cubismo, de que para aprehender la arquitectura -Ville Savoye, La Roche, Stein-de Monzie...- es necesario recorrerla -«la promenade architecturale»-, experimentar los juegos de sombras de la luz, visualizar las perspectivas, percibir la secuencialidad cinemática del paisaje, transitar la «route ascensionelle» y traspasar los límites físicos y alegóricos de lo íntimo.
Desde entonces caminar es una experiencia estética, cognitiva, pero sobre todo simbólica y creativa que cuenta con destacados valedores, como Francesco Careri -Walkscapes. El andar como práctica estética-, dando continuidad a las propuestas anteriores de dadaísmo, surrealismo y land art.
El italiano toma el texto bíblico (Génesis 4) de Caín dedicado por voluntad divina a la agricultura y de su hermano Abel entregado al pastoreo, para explicar el origen de las sociedades sedentarias (agrarias) y nómadas (cazadoras). Estas últimas -homo ludens- al contar con mayor tiempo libre lo dedicarían a la especulación intelectual y a construir un primigenio universo simbólico.
Ese relato iniciático anticipa la estrecha relación del hombre con el territorio y lo sagrado explicando el papel de las religiones en los pueblos primitivos cuyo testimonio perdura en cuevas (Altamira, Parpalló...), totems, menhires, talayots, dólmenes, navetas, obeliscos, pirámides, cruceros, mausoleos...
La importancia de lo onírico conduce en el siglo XX a los surrealistas a indagar, influenciados por el padre del psicoanálisis Sigmund Freud, en la relación sicológica del habitante con el entorno construido. Habitar y conocer son tareas complementarias y yuxtapuestas que refuerzan el vínculo del hombre con el territorio.
El urbanista danés Jan Ghel, autor de la peatonalización de Times Square, icono de Manhattan, defiende -'Cities for People'...- el «derecho a caminar», la mejora de la calidad de vida urbana y la "humanización del espacio público" cómo esencial para la salud mental y el bienestar físico de la población
El discurso de Ghel ha sido determinante en el impulso del carril-bici, las zonas 30 y la introducción de nuevas formas de movilidad sostenible, sustentadas por criterios medioambientales, de seguridad vial e inclusión social.
Que el sendero, la avenida, la calzada... sean mucho más que un instrumento de aproximación e interconexión y el recorrido se transforme en un paisaje de escenografía mutante, debe mucho al humanismo pero también a la poesía y a la música.
El intimismo simbolista de Antonio Machado, uno de los mejores escritores de la literatura española, sintetiza el compromiso con la contemplación de la existencia del ser humano. Uno de sus poemas más conocidos, 'Caminante no hay camino' (del libro 'Campos de Castilla'), popularizado por Joan Manuel Serrat, refiere la vida como un viaje constante de aprendizaje y transformación.
Sobrio y denso, el sevillano sabe que «sólo el poeta puede mirar lo que está lejos dentro del alma, en turbio y mago sol envuelto», que «al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar».
Uno de los más destacados exponentes de la canción francesa, Jacques Brel, autor de títulos míticos como 'Ne me quitte pas' o 'Les fenêtres', que reflejan el ambiente y la sociedad de su época, anticipa el provocador voyeurismo de Herzog & de Meuron liberando la sensualidad y la excitación visual, que convierte los fetiches en iconos.
Para los suizos la arquitectura -estadio olímpico de Pekín, Filarmónica del Elba, CaixaForum,...- es percepción. De ahí su apuesta por revalorizar y resignificar sus valores gestálticos, la experimentación cinético-táctil, la retórica manipulación de la escala, la concepción semiológica de la fachada postmoderna como piel cosmética.
Por ello, redescubrir Valencia paseando por su periferia, plazas o parques e introduciéndose en sus edificios, como propone para su séptima edición Sara Portela i Valls, directora de Open House, es un ejercicio necesario de pedagogía social, autoestima colectiva y diplomacia cultural, esencial para la preservación del patrimonio material e inmaterial de los valencianos.
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