En el panorama político actual, Pedro Sánchez ha implantado la táctica de construir un relato que oriente la percepción pública según sus intereses, sin que ... la verdad sea prioritaria. Sólo interesa el efecto electoral. La táctica es rápidamente asumida por la izquierda. El caso reciente de la Fundación Valencia Activa lo ejemplifica claramente: una simple petición de información de la UCO al Ayuntamiento de Valencia fue presentada por oposición y medios afines como un supuesto registro, induciendo ya a la existencia de irregularidades.
La realidad es que miembros de la UCO reclamaron información sobre la constitución de Valencia Activa y sus directivos a lo largo de los años, incluidos los contratos adjudicados por el ex portavoz de Vox, Juan Manuel Badenas. Ello provocó nerviosismo en el Gobierno municipal y ¡cómo no! invitación a que la oposición le atacaran aun distorsionando la realidad.
Los agentes solicitaron información no sólo de la época de Badenas sino también de legislaturas anteriores, desde que la citada Fundación fue creada por PSPV y Compromís. Sus declaraciones y su foco se centraban en asediar al equipo municipal y a la alcaldesa María José Catalá.
Una simple petición de información fue presentada como supuesto registro policial, insinuando irregularidades. Esta distorsión no busca informar, sino alimentar un marco narrativo en el que la sospecha siempre recae sobre PP y Vox. Por supuesto, no se tiene en cuenta que la Asesoría Jurídica Municipal ya emitió un informe que descartaba las irregularidades que podía haber incurrido Badenas en la adjudicación de contrato a Imedes donde, por cierto, trabaja el marido de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé (PSOE).
La estrategia persigue imponer un relato favorable y proyectar la imagen de corrupción o extremismo del adversario. Importa más el titular que los hechos, el impacto mediático que la precisión. Quien logra que su relato circule en medios y redes, condiciona el debate público. La izquierda compite tanto en el terreno político como en el simbólico.
Esta práctica no es aislada. Casos como el del 'rescate' a Plus Ultra, el escándalo del Tito Berni, los indultos a los condenados por el 'procés' o el apagón, culpando a las privadas, han sido hábilmente reencuadrados por el Gobierno y su entorno mediático. En lugar de asumir responsabilidades, se desvia la atención hacia supuestas conspiraciones de la derecha y la extrema derecha, judicialización política o incluso 'lawfare'. Objetivo: blindar al PSOE y a sus socios. El relato sustituye al análisis, y el eslogan a la verdad. Así es la vida.
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